ligero veneno(extra)

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es una historia aparte de lo que está pasando actualmente así que lo pueden saltar si gustan.

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Alguien parece entusiasmado, ¿tal vez sea por mi ropa? – miraba tranquilamente al inquieto muchacho. – dime, ¿Qué opinas de mi antigua rebeldía?

Ichigo: aah... es hermoso. – apartaba la vista de su acompañante.

Unohana: por hermoso te refieres a que. – tomaba las mejillas del joven y lo hacia voltear hacia ella. - ¿eh? Pequeño. – acerco sus labios a la oreja de ichigo. – travieso. - mordió ligeramente su oreja.

ichigo estaba tan rojo como su nombre dicta, fresa, no solo por la actitud tan cambiada de su maestra, también por su ropa, nunca pensó que pudiera tener el pelo tan largo y lacio, un hermoso color nocturno de principio a fin, ni una sola cana a pesar de su edad o una sola arruga, era como verla en aquella foto.

Unohana: oh, vamos, no te acobardes chico, después de todo tú querías esto, además tampoco creas que he olvidado tu allanamiento. – empezó a besar al de pelo naranja, introdujo su lengua sin pudor alguno.

Un error del cual no esta arrepentido de cometer, revisar, sin permiso, las pertenencias de Unohana en uno de sus cajones, encontró una foto de su maestra en su juventud, estaba junto a dos amigas, pero eso no le tomo mucha importancia, se intereso más por el escote abierto, sus pantalones apretados y su largo cabello negro junto a su mirada fría y despiadada, todo lo contrario, a lo que esta acostumbrado. Una mujer rebelde en todo el sentido de la palabra.

Ichigo: ¿mmh? – trataba de hablar, pero mucho no lograría al sentir como Unohana chupaba y tomaba su lengua como si quisiera arrancarla, era brusca en todo sentido.

Unohana: ohh, que pasa, acaso no eres capaz de hablar, pequeño ratón. – aparto su boca del contrario, pero ella no se alejó de ichigo.

Ichigo: yo.... Quería preguntar. – quiso tomar un poco de espacio, cosa que Unohana no permitió.

Unohana: adelante, haslo sin miedo.

Ichigo: tu cica..triz. – volteaba la mirada, era lo minimo que podía hacer al estar siendo retenido por sus mejillas.

Unohana: oh, pero hacia donde diriges tu mirada, ichigo. – acercaba la cabeza del chico hacia la cicatriz. -¿quieres saberlo? – ichigo asintió. – bien, te contare... en otro momento. – y termino pegando la cabeza de ichigo a su escote.

Era alguien dominante cuando se lo proponía.

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Fin del extra wuuu

todas a por ichigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora