〔 Capítulo 8 〕

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Los rayos del sol se colaban entre las cortinas que cubrían las calles de la ciudad

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Los rayos del sol se colaban entre las cortinas que cubrían las calles de la ciudad. Era la primera vez que Juan despertaba por el ajetreado ruido de pasos apresurados de las personas, algunas conversaciones que no lograba distinguir y juraría que escuchaba vehículos por la calle.

Por un momento se sintió en un sueño, no fue hasta que miró a su alrededor que cayó en cuenta de lo que había pasado el día anterior.

Aún seguía en aquella extraña dimensión, y el glitch que lo acompañaba por haber dejado tirado el artefacto que lo mantendría a salvo se lo confirmaba. Era un poco doloroso, pero no era nada que no pudiera manejar.

-¡Buen día huéspedes!- La voz de Mayichi sonó por la habitación, obteniendo un leve "buenos días" por parte de todos los que se encontraban aún medio dormidos.-, el desayuno está listo en el comedor, bajen cuando estén listos.

-Gracias, Mayichi.- Le respondió el hechicero con una sonrisa, la cual fue correspondida por la chica.

-Oh, por cierto hechicero, necesito hablar contigo un momento.

Juan atendió el llamado de la chica, siendo llevado escaleras abajo; realmente no sabía qué esperar, pero agradeció internamente que fue una sorpresa grata cuando notó que el dueño del hotel, Barca, lo miraba de pies a cabeza sin poder creer que estuviera ahí. Lo siguiente que sintió fue cómo era elevado del suelo en un apretado abrazo del más alto.

-¡No me lo puedo creer!, ¡estás vivo!

-¡Bájame pinche poste!

-¡Ni madres pendejo!, ¡te vas a aguantar!

Juan realmente no tenía corazón para romper la ilusión de aquella versión de su amigo, se le notaba que estaba genuinamente feliz. Agradeció que no fue él quien explicó la situación, pues Mayichi tomó el hombro de su jefe y se tomó el tiempo de explicarle lo que había sucedido.

-Entonces... ¿No es el real?

-Pues no, no es el que nosotros conocimos. Él tiene su propia vida a la cual volver.

-Oh... Verga, ¿el patrón lo sabe?

-Ugh, está más que enterado.- Mayichi cambió su expresión a una más fastidiada con la sola mención del pollero.- De hecho, Juan, el pollero quiere verte hoy en su restaurante.

-Ay... ¿No gustan acompañarme?

-Aunque quisiéramos nadie es bienvenido en su oficina. Solamente Carola y Génesis.

-Claro, sus perritos falderos.

-Mayichi, no es que esté de su lado pero te recuerdo que estas paredes tienen oídos y ojos especiales para ti.

Juan observó como el castaño miraba disimuladamente las cámaras del lugar, sintiendo cómo su paciencia era colmada al pensar que la castañana no tenía ni un momento de privacidad.

〔Why'd It Have To Be Him?〕; SpruanWhere stories live. Discover now