Luego de todo el desastre que fue para Juan el enterarse que era hijo del Profeta, sus poderes lo llevaron a otra dimensión.
¿Cuál es el problema de esto? Que en su mundo dejó a otro Juan, uno que está ahí para sembrar el caos.
『 - Se shipean cubito...
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Si tuviera que describir cómo se sentía en ese momento podría definirlo como desesperado.
No lo malentiendan, él estaba más que encantado con todo el asunto del viaje multiversal, le abría las puertas a descubrir más cosas sobre sus poderes y las diferentes realidades que él tenía la tarea de proteger. Sin embargo, no contaba con que a cada día que pasaba fuera de su dimensión, los glitches en su cuerpo aumentaban y se volvían más dolorosos, siendo los últimos que había tenido en días recientes lo suficientemente fuertes como para sacarle el aire por momentos.
Juan realmente apreciaba poder descubrir las cosas que habían pasado en aquella dimensión y, de cierta manera, ayudar a que las cosas se comenzaran a sanar entre las personas restantes del Pueblo Verde y el Pueblo Naranja.
Por ejemplo había conseguido que Mayichi le ayudara a que la mayoría de la gente de la ciudad se reuniera en la heladería de Aroyitt para que tanto Tanizen como Noni pudieran hablar con ellos, y fue reconfortante ver cómo los viejos rencores y heridas del pasado comenzaban a sanar entre todos, incluso vio a algunos de los empleados de Spreen en la reunión y fue grato verlos convivir en paz.
Le gustaba sentir que estaba cumpliendo con su glorioso propósito, si, pero estaba el detalle de que no estaba seguro cuánto tiempo más podría quedarse en aquella dimensión sin que comenzara a significar un problema tanto para su cuerpo como para su dimensión.
Porque lo había estado pensando, si él fue a parar a una dimensión donde él ya no estaba presente, ¿existía la posibilidad de que algún otro él haya ido a parar a su dimensión a falta de que existiera un Juan ahí? Si, le dolía la cabeza de pensarlo, pero realmente esperaba que no fuera así, pues sería bastante complicado tener que lidiar con lo que sea que haya pasado en su ausencia, ya tenía suficiente con el tema de su padre.
Volviendo al presente, él había logrado ocultar su pequeño problema con los glitches del resto, pero cuando comenzaron a ser más constantes, y uno literalmente lo dejó en el piso por el dolor que le provocó, las personas con quienes había pasado los últimos días se enteraron del problema, comenzando así el dilema por el cuál estaba tan desesperado.
-¡Entiende hombre!, ¡no puedes seguir así!- Los gritos de Tanizen ya eran molestos a ese punto, y parecía que ningún otro de los presentes quería ayudarlo.
-Sí que puedo, un par de días más no son nada.
-¿Pero qué cojones estás esperando exactamente?, ¿a que ya no te puedas levantar?
-Tampoco es para tanto.
-Juan, literalmente casi te caes de las escaleras por el dolor que te provocó la cosa esa- Esta vez intervino Drako, mirándolo como si estuviera regañando a un cachorro.-; Juan, entiende, tenemos que volver ya, ya ni siquiera es por nosotros o nuestra vida, es por ti. Quién sabe cuánto tiempo más puedas pasar así hasta que ya no puedas volverte a poner de pie.
