〔 Capítulo 11 〕

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Si tuvieran que describir al híbrido de oso en una sola palabra, sin duda alguna "asustado" no era una que se le cruzaría por la mente a nadie que lo conociera

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Si tuvieran que describir al híbrido de oso en una sola palabra, sin duda alguna "asustado" no era una que se le cruzaría por la mente a nadie que lo conociera. Y sin embargo era la única palabra que sus amigos encontraban para describirlo desde hacía algunos días.

Luego del incidente en el barco de Marius, muchas personas se habían aprovechado de eso para intentar molestarlo, cosa que resultaba teniendo efecto en él, pues aún era algo muy reciente y que le provocaba malestar recordar. Tenía suerte de que sus amigos eran tan temperamentales y protectores como él, pues a cada tonto que se le ocurría recordarle lo ocurrido o intentar hacerse el gracioso, se llevaban una buena paliza por parte suya.

Y Spreen agradecía que sus amigos no insistieran en saber el por qué le había sentado tan mal aquel beso, pues no tenía ganas de explicar que sentía que había de alguna forma traicionado a Juan. Haberse dejado llevar por una fantasía boba le hacía sentir mal, tonto, como si no fuera capaz de reconocer una mentira de lo que era la realidad.
Y es que tenía que aceptar que su realidad era no estar destinado a que el hechicero sintiera lo mismo por él; y por más que le gustaría que no fuera así, poder vivir una vida plena con él, una versión alterna del hechicero que sí tenía sentimientos por él no era la solución.

Engañarse a sí mismo no iba a dejarle nada bueno, y es por ello que prefería mantener su distancia con él al principio, porque sabía qué en algún momento podría caer en la tentación de querer vivir esa fantasía imposible, y no estaba dispuesto a ello. Podría ser ambicioso y a veces un cabeza dura, pero nunca iba a dejar de tener los pies en la tierra como para no ser capaz de reconocer cuando algo estaba mal.

Mayichi había pasado más tiempo con él, solo en caso de que él quisiera hablar de lo sucedido, pero nunca metiendole presión para que lo hablara si no lo quería hacer. Y eso era algo que Spreen agradecía profundamente de su mejor amiga, puede que no le dijera siempre cuando se equivocaba, ya que ella esperaba que se diera cuenta por si mismo; y que cuando lo hiciera, Spreen sabía que Mayichi siempre estaría ahí para escucharlo y apoyarlo, para hacerle saber que no estaba solo.

Ahora mismo su pollería estaba casi reconstruida por completo, y es que la única forma en la que Spreen conocía para distraerse de su propia mente era trabajando sin parar, razón por la cual los daños a su restaurante y ciudad habían sido reparados de forma bastante rápida. Sus amigos y empleados miraban orgullosos los resultados de su trabajo, viendo cómo todo volvía a estar en su lugar.

Y claro que fue así hasta que escucharon la voz del colombiano acercarse a ellos, poniendo tenso al híbrido de oso, quien no supo cómo reaccionar y parecía haberse congelado en su lugar.

—Mariana, Carre, ayudadme a distraerlo; Mayichi y Génesis llévenlo a su oficina a que descanse.— Habló Carola, dando una palmadita en la espalda al argentino, quien le agradeció con una pequeña sonrisa -que ahora mismo podía ver ya que no llevaba su máscara-.

Cuando el híbrido comenzó a caminar, seguido por sus amigos, vieron a la versión alternativa del hechicero correr, intentando pasar la pequeña barrera creada por los tres que habían quedado atrás.

〔Why'd It Have To Be Him?〕; SpruanWhere stories live. Discover now