Capítulo 6

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Había ruido por todas partes. Sus oídos emitían un pitido ensordecedor que le provocaban migraña. La luz del sol se filtraba por las ventanas y daban a parar a su rostro pálido.

Rhaelys abrió los ojos y no sabía donde se encontraba. Estaba aturdida, desorientada y exhausta. Sentía que el cerebro le iba a explotar y un dolor abdominal persistente y agudo que la dejaba mareada y con ganas de morir.

Empezó a parpadear adaptándose a la luz y lo primero que apareció en su vista fue un Rey Viserys sin ningún rastro de su enfermedad y vivaz.

Este la miraba con una sonrisa, su pequeña le había salvado de una terrible muerte. Viserys se acercó a ella.

- Mi pequeña, que has hecho.- le susurró acariciándole la mejilla mientras se sentaba a su lado en donde se encontraba recostada.

Las personas que había escuchado antes de despertarse se habían marchado.

- Tenía que hacerlo padre, no podías abandonar a tu heredera cuando más te necesita.- le respondió.

- Has sido muy valiente, mi pequeña amazona.- sonrió.- Sin duda eres igual a tu madre y te estaré eternamente agradecido.

- Lo volvería a hacer con tal de salvarte otra vez.- le devolvió una sonrisa cansada.

Viserys se levantó de la cama y fue en dirección a la puerta.

- La reunión ha empezado hace un momento, quédate aquí mientras soluciono el linaje Velaryon.

- Sabes que estaré ahí en 5 minutos, no puedo abandonarla otra vez.- le contestó Rhaelys incorporándose poco a poco de la cama y encogiéndose de dolor.

- Lo sé, solo quería intentarlo.- soltó una risa su padre mientras marchaba a la sala del trono.

Cuando se cerró la puerta, Rhaelys se levantó aunque rápidamente se arrepintió por el dolor de sus recientes heridas. Pudo observar como tenia la parte inferior vendada y con su magia creo un bastón que le ayudara a caminar hasta la sala del trono. 

Este era totalmente negro con una cabeza de dragón que adornaba la cúspide y si te acercabas, podías ver como las dos esferas de sus ojos eran de color naranja.

Rhaelys se dirigió despacio a la sala del trono, los guardias la intentaron ayudar pero ella negó la ayuda. Gruñendo por lo bajo, llegó a la puerta y estás se abrieron mostrando a toda la sala llena de gente que se giraron a mirarla.

Estos la miraban sorprendidos por lo que les había contado el Rey Viserys I y por lo que había logrado.

Su padre y su hermana la miraban con una sonrisa en la cara.

Por otra parte sus otros medios hermanos la miraban preocupada.

Otto junto a Alicent mostraban seriedad, se notaba que no les había gustado que el Rey se curara, ya que implicaría un cambio de planes.

- La princesa Rhaelys de la casa Targaryen, primera de su nombre y bruja de la casa Targaryen, mano derecha de la futura Reina y la llamada Bruja de Dragones. - se escuchó a un guardia recitar.

Rhaelys se sorprendió cuando le pusieron el título de mano derecha y miró a su padre, el cuál le contestó con un asentimiento y una sonrisa.

La fémina llegó al lado de su hermana, la cuál la sujetó al notar su estado.

- Gracias.- le susurró Rhaenyra.

Rhaelys le agarró la mano izquierda y le dio un pequeño apretón mostrándole su apoyo.

- Ya que estamos todos, podemos continuar.- murmuró el rey.- Tengo que admitir mi confusión. No entiendo porque se escuchan peticiones sobre la sucesión resuelta. El único presente que podría ofrecer un cambió de sucesión aquí presente es la princesa Rhaenys.

La bastarda del ReyWhere stories live. Discover now