Viserys, devastado por el fallecimiento de su esposa Aemma durante el parto, decide desquitarse y desahogarse con la bruja de la familia Targaryen. Lo que no sabía es que 9 meses después nacería una niña rubiofresa con un gran mechón blanco junto a...
La ciudad entera observaba estupefacta a la princesa Rhaelys montar un dragón el cual supuestamente no era suyo. Toda esta había sucumbido en una sombra a causa del dragón que había tapado la luz de la luna por la magnitud de tales alas y cuerpo.
Toda la familia real salió al balcón a ver el espectáculo.
Alicent y Otto, los cuales se encontraban conversando en el balcón, se miraron asustados.
Ya no tendrían el dragón más grande de todos para ganar la guerra que se aproximaba y Rhaelys poseía ahora los dos dragones más feroces del reino. La pequeña Targaryen, de rasgos únicos, sería un gran problema para los verdes.
En cambio, Aemond, a pesar de haber perdido el título de tener el dragón más grande, veía con una sonrisa a la rubiofresa desde la ventana de su cuarto.
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Cuando acabó de montar a Balerion, llevó a este junto a Vermithor para que se conocieran.
Sorpresivamente se llevaron bien al instante.
De repente, su padre llegó al lugar donde se encontraba. Este la miraba asombrado y con una enorme sonrisa en la cara.
- Balerion.- murmuró el Rey acercándose a su antiguo dragón.
- Puedes volver a montarlo, puedes volver hacerlo tu dragón padre.- le dijo su segunda hija acercándose a él.
- Ya no pequeña, él te eligió a ti.- dijo desviando la vista de Balerion a ella.- El te eligió para que le devolvieras a la vida, para poder ser tu compañero... O bueno uno de ellos.- dijo dándose cuenta de que Vermithor también lo observaba.
- No sé padre, siento que falta algo.- murmuró con el entrecejo fruncido.- Cuando tenía a Vermithor pe faltaba algo y al revivir a Balerion una parte de ese vacío se llenó, solo que sigó sintiendo otro agujero que llenar.
- Tres.- le dijo Viserys y Rhaelys lo miró confundida.- Ese vació que sientes, el hueco que te falta rellenar, pertenece a otro dragón. No solo te han elegido ellos dos, hay otro el cuál te está buscando. Seguramente te siente desde donde sea que esté y lo más probable es que sea uno salvaje ya que todos los que se encuentran aquí ya están reclamados.
- ¿Y dónde se supone que lo encontraré?- le preguntó Rhaelys.
- Tienes que mirar los libros de historia de los dragones, allí pone donde las personas se los encontraron.
- ¿Y cómo sabré que es el correcto?
- Tal vez tendrás que encontrarlos a todos o tal vez cuando leas su historia algo se ilumine en tu corazón.- dijo el Rey dándole unos golpecitos en el lugar donde este se encontraba.
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