Viserys, devastado por el fallecimiento de su esposa Aemma durante el parto, decide desquitarse y desahogarse con la bruja de la familia Targaryen. Lo que no sabía es que 9 meses después nacería una niña rubiofresa con un gran mechón blanco junto a...
- Hola hermanos, cuanto tiempo.- dijo Rhaelys a los muchachos peliblancos.
- ¿Rhaelys? - murmuró Aegon.- ¿Qué te ha pasado?- dijo acercándose despacio a la susodicha.
Rhaelys soltó una risa siniestra.
- Solo me hice más fuerte, para la familia, para ustedes.- dijo cuando Aegon le acarició la mejilla.
Aemond negó para si mismo.
- Te estás envenenado a ti misma Lys.- dijo mirándola con tristeza.- Ese libro, no te hace bien.
Rhaelys lo miró esta vez y murmuró bajito.
- Pero es mi deber, siempre a sido mi deber cuidar de mi familia.
- Ya no más, deja que te cuidemos a ti esta vez.- le dijo Aemond también acercándose.- Por favor.- suplicó.
Rhaelys se lo pensó un momento, en el cual Harwin II apareció por detrás y la noqueó.
- Lleváosla y mantenedla lejos de ese libro.- les dijo a los muchachos.
Ambos sorprendidos no dudaron y la cobijaron entre sus brazos.
Los tres dragones de Rhaelys, sorprendentemente no les hicieron nada.
Vermithor cogió a la amazona entre una de sus patas y la llevó volando a lo que parecía ser de vuelta a Kings Landing, mientras que los otros dos dragones lo siguieron.
Ambos hermanos se subieron a sus propios dragones y los siguieron.
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Rhaenyra se encontraba en su habitación. Estaba teniendo un parto prematuro a causa de una mala noticia.
En todo el castillo se podían escuchar sus lamentos y sus sollozos.
Rhaelys, confundida, de repente despertó por el sonido de murmullos y llantos.
La amazona se acercó al lugar, aunque aún estaba un poco atontada por como es que estaba en casa de nuevo y le palpitaba la zona trasera de la cabeza.
Lo que no vio la princesa fue a dos peliblancos durmiendo en unas sillas cerca de su cama.
Rhaelys al llegar delante de una puerta semiabierta con sirvientas fuera de esta, entró reconociendo el lugar de su hermana y se encontró una escena terrorífica.
La reina se encontraba con un camisón blanco, recubierto de sangre por la parte inferior de este, contorsionada por el dolor.
Rápidamente se acercó a ella y apoyó una mano en su espalda y le agarró una de sus manos con la otra.
- Ya estoy aquí hermana, ya estoy aquí.- susurró Rhaelys a su lado.
Rhaenyra hizo una mueca de felicidad con dificultad y le apretó la mano.