Fifty-nine

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Cuando la guardia real llegó a por Aegon tuvieron que obligarme a la fuerza a separarme de él.

Mi cuerpo temblaba y la voz no me salía mientras veía como le cogian entre dos guardias sacándole de aquella playa.

-Tranquila, princesa- el guardia que me tenía sujeta- me soltó dejándome seguirle hacia la Fortaleza Roja- los negros ya se han retirado.

Le miré completamente rota, incapaz de dar un paso sin arriesgarme a caer en el intento.

-Su esposo está ileso, princesa-  tiró de mi brazo obligándome a caminar al ver que por mí sola no podía- y estoy segura de que querrá verla.

Tenía la boca seca, mi vestido estaba completamente mojado y destrozado, la cabeza amenazaba con estallar y los latidos de mi corazón habían disminuido notablemente, como si me estuviera muriendo.

Nada de eso me importaba en aquel momento.
Aegon había muerto, ni la tela que le había puesto para impedir que siguiera saliendo sangre de su cuerpo lo había impedido. Me besó y su mano se desplomó desgarrando mi alma por completo.

-Visenya- Aemond caminó hacia mí cuando llegué al castillo, y frenó sus pasos al ver mi rostro desencajado.

Escuché el llanto de Alicent en la lejanía y dejé que Aemond me rodeará con sus brazos mientras besaba mi cabeza con delicadeza.

-¿Fue Jace?- preguntó.

Asentí cuando otra lágrima resbaló por mi mejilla.

-¿Te ha hecho a ti algo?

Me mordí el labio tembloroso mientras me aferraba a Aemond con fuerza intentando borrar de mi mente el momento exacto en el que Jace le clavaba su espada a Aegon.

-Shhhh….-susurró besando de nuevo mi cabeza- ya ha pasado todo.

Sin perder tiempo me cogió en brazos mientras yo aún continuaba aferrada a él y se dirigió a las escaleras.

Subió apresuradamente sin soltarme y caminó hacia nuestros aposentos.

-Les mataré, Aemond- dije cuando me dejó en el suelo- mataré a Jace yo misma.

-Iré a buscar a Daeron, tú ya has hecho suficiente.

-¿A tu hermano?- pregunté apartandome de él.

-Es mucho mejor guerrero de lo que fue Aegon, y ahora no se esperarán nuestro ataque después de matar a Aegon, estarán ocupados planteando cómo llevar a Rhaenyra hasta el trono.

Mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas, pero antes de que pudiera hablar, alguien llamó a la puerta sobresaltandome.

-Mi príncipe, la reina me ha enviado para buscarte con urgencia-dijo un guardia mirando fijamente a Aemond.

-¿Ha pasado algo?- preguntó él apartandome con su mano hacia atrás por miedo a cualquier otra amenaza.

Pero cuando escuchó el grito de Alicent, no esperó a que el guardia respondiera, salió apresuradamente de la habitación en busca de su madre.

Le seguí a toda prisa, rezando por qué no fuera otra desgracia que destrozara lo que quedaba de mi maltratado corazón.

-¡Madre!- espetó Aemond ayudando a Alicent a levantarse del suelo.

Ver aquella imagen ante mis ojos rompió mi corazón aún más.

-¡Mandad a todos a traerme la cabeza de Rhaenyra!- gritó ella con desesperación- ¡Traedmela!

Aemond intentó inmovilizarla mientras ella se retorcía intentando escapar de él.

La puerta de la sala del trono se abrió de golpe y el Gran Maestre salió apresuradamente con sus ropajes repletos de sangre.

-¡El rey aún respira!

Todos nos giramos para mirarle, y él con una amplia sonrisa en el rostro caminó decidido hacia mi provocando que yo retrocediera aún sin comprender nada.

-¿Fuiste tú la que cubrió su herida con la tela?

Asentí incapaz de mantener alguna expresión en el rostro.

Él gran maestre apoyó sus manos en mis hombros.

-Hija mía, has sido tú la que ha salvado la vida del rey de los siete reinos.

Alicent escapó de los brazos de Aemond y entró apresuradamente en la sala del trono, mientras él y  Helena me miraban antes de que ella siguiera a su madre.

-¿Le he salvado?

Noté como mi corazón comenzaba de nuevo a bombear a un ritmo más normal.

-Por un momento pensé que estaba muerto por la cantidad de sangre perdida, pero he cosido su herida después de sentir unas débiles pulsaciones en su cuello- se explicó el gran maestre- mientras su corazón siga latiendo hay esperanza.

La semilla del dragón// Aemond Targaryen 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora