Peccata [Todobaku]

Capítulo 4

Susurros violentos.

Oscuridad penetrante.

Corrió con el corazón en la garganta. Los pasos estaban cada vez más cerca.

Sus piernas le fallaron. Golpeó el suelo con fuerza. Su cuerpo no pudo levantarse.

Y cuando las manos extrañas se aproximaron hacia él, supo que ese era el final.

No había escapatoria.

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Katsuki abrió los ojos de golpe. El sudor bajaba por su frente y su cuerpo estaba pegajoso. Se sentía enfermo.

Se sentó en la cama y miró el cuarto oscuro. Apenas eran las tres de la mañana, si fuera como antes seguiría durmiendo. Pero no pudo, más bien no quiso. Volver a cerrar los ojos se estaba transformando en un desafío para él.

Tener tantas pesadillas le estaba costando caro. Su energía no se sentía como antes.

"¿Que mierda esta pasando?"

Incluso si pensaba una y otra vez en la causa de sus pesadillas, no encontraba la razón. No entendía nada. Pero sabía algo, o más bien hubo una coincidencia. Desde que ese bastardo llegó, a empezado a sufrir pesadillas prácticamente todos los día. No solo eso, también parecía que todas las personas que conocía cambiaron.

No hubo un descanso para su mente, simplemente sucedía cada vez que intentaba cerrar los ojos. En ese momento su cuerpo no podrá moverse y caería en una oscuridad donde manos extrañas lo perseguían. Incluso si corría no podía escapar, siempre lo hacían caer y se terminaba ahogando. Pero después de eso no recuerda exactamente que pasa, pero sabe que se siente horrible.

Presentía que ese pedazo de mierda de alguna manera estaba relacionado con esto. O podría estar empezando a enloquecer y todo era solo una puta coincidencia. Quizás solo quería echarle la culpa alguien por su desgracia.

Se estaba volviendo loco.

-Mierda.

Creía que iba a volverse un enfermo mental en cualquier momento si las cosas seguían así. Su paciencia se estaba yendo por el caño y lo notaba demasiado claro. Esto no es típico de él. No estaba siendo él mismo.

Esto no puede seguir así. Ya no podía soportar las extrañas pesadillas.

Quizás está poseído o alguna mierda parecida. No era una persona creyente, pero con lo que le ha estado pasando en estas semanas, podía creer cualquier basura que le dijeran. Realmente era insoportable.

Si. Ya estaba decidido, mañana iría a un santuario. Sea la mierda que sea, debía de al menos intentarlo, no perdía nada con eso.

Y ese bastardo...

Sonrió con desprecio al solo pensar en aquel imbécil. Ya después pensaría como tratar con él.

Sintió los párpados pesados, intentó lo más posible resistir el sueño, pero como si hubiera una magia extraña, su cuerpo dejó de moverse y lentamente cayó en esa oscuridad. Siendo sujetado por unas manos frías. Ni siquiera tuvo tiempo de luchar antes de que su cuerpo fuera invadido.

La noche fue larga.

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-Parece que el humor de Bakugō no es bueno.

Susurró un niño desconocido, de aspecto poco brillante y escuálido, hablando en voz baja, temeroso de ser encontrado por los ojos carmesí.

-Su humor nunca es bueno.