Peccata [Todobaku]

Capítulo 9

Los demonios son llamados demonios por su naturaleza grotesca.

Cargados con deseos considerados impuros y asquerosos, naturalmente los humanos nunca podrán verlos con buenos ojos.

¿Quién amaría a un demonio que quiere hacerle daño?

Pero ¿Quién es realmente el demonio?

¿Son demonios las criaturas que actúan solo por instinto? ¿O son demonios aquellos seres que actúan con voluntad propia?

Entonces en ese caso, los humanos ¿No son también demonios?

Matan, violan, roban, odian, aman, se sacrifican, envidian, admiran.

Ellos no son tan diferentes de los demonios que nacen con esa naturaleza. Después de todo los demonios nacen así, no se puede evitar una naturaleza definida. Pero los humanos son diferentes, ellos escogen que hacer, ellos determinan su acciones.

Entonces...

¿Quién es el demonio?

Shōto llegó al instituto temprano. A esa hora no había nadie.

Las mañanas eran heladas, pero no evitaba que los rayos del sol fueran cálidos.

Estando en un ambiente tan tranquilo, Todoroki se mostró calmado, pero sus ojos parecían tener una tormenta por dentro. Una tormenta de nieve.

Caminó hacia su escritorio, mirando el puesto de al lado. El puesto de Bakugō.

Lo tocó con una mano para después alejarla, se sentó en su asiento y miró sus heridas. Aunque su poder podía curarlo, recientemente no tenía tanta energía, no fue capaz de sanarse por completo, especialmente sus tentáculos.

El silencio reinó en la sala. El tiempo avanzó lentamente y los compañeros comenzaron a llegar.

El aula se volvió animada, naturalmente las personas que llegaron miraron enfocaron su vista a la estrella de la clase.

Todoroki Shōto.

Llevaba algunas vendas en su garganta y algunos parches en la cara. Se notaba que algo le había pasado, pero aunque sus compañeros preguntaron ninguna palabra salió de su boca.

La hora avanzó y la figura altanera que esperaba que apareciera, no llego. Incluso cuando pasó la primera clase, no llegó.

Incluso cuando llegó el almuerzo. No llegó.

Bakugō Katsuki no llegó.

Fue un día tranquilo, pero nadie sabía que una tormenta se estaba gestando al interior de un ser particular.

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Bakugō abrió los ojos.

No reconoció en dónde estaba pero pronto eso desapareció de su mente. Un dolor intenso lo hizo apretar los dientes, fue como si su cuerpo se desgarrara por completo, cada parte de él parecía estarse abriendo y cerrando. Lo estaba volviendo loco.

-Aguanta un poco más chico.

Le habló una voz tranquila y fría, pudo ver vagamente la sombra de un tipo, pero el dolor horrible le hizo cerrar los ojos.

-Resiste, no puedes quedarte dormido o no podré ayudarte.

Katsuki apenas entendía las palabras del sujeto, pero comprendía que no podía dormirse. Algo llegó a su boca, no sabía que era pero lo mordió con fuerza. Por la textura seguro era un trozo de tela.