Capítulo 6

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Un día normal. Con gente normal. Con cosas normales.

El día es tan...

Aburrido.

Bakugō miraba con indiferencia las cosas de su alrededor. Mostrando marcadas ojeras debajo de unos ojos opacos. Lo que debería de haberle provocado irritabilidad ya no le importaba, ya no le importaba las cosas de su alrededor. Ya no.

¿Cuál era el nombres del sentimiento?

Si. Era apatía.

Katsuki estaba apático, sin importar dónde miraba, sus ojos simplemente mostraban una indiferencia silenciosa y arrogante, como siempre era, pero su rostro pálido mostraba que había algo mal con él.

Izuku, quien se sentó en su puesto miró fijamente a su amigo de la infancia y la preocupación brilló en sus ojos. Realmente notaba que Katsuki ya no era normal, ya no insultaba como antes, ya no les gritaba y tampoco causaba problemas. Él parecía... Sin energías.

Y ciertamente Izuku no estaba equivocado, Bakugō estaba sin energías, sin ánimos, totalmente desganado. Llegados a este punto sus sentimientos se podían relatar con solo una palabra.

Vacío.

Katsuki se sentía vacío por dentro y eso era molesto, pero a falta de energía y el mal dormir, incluso si quería hacer algo contra eso, no había ánimos. Era tan frustrante lo que le pasaba. No tenía ni putas idea de que sucedía. En realidad si podría saber que le pasaba.

Un demonio.

Llegados a este punto, las palabras que le había dicho ese viejo bastardo ya las empezaba a creer, de otra manera no podría explicar las marcas que aparecían en su cuerpo.

Si. Marcas.

Podía ver marcas de manos y dientes por su cuerpo, cosa que le resultaba totalmente repugnante. Si quiera mirar su cuerpo le daba asco.

Apretó los dientes y prefirió no pensar por el momento. Todo era demasiado molesto. No quería hacer nada. Se recostó sobre su puesto y simplemente se quedó dormido, sin importarle si esos supuestos amigos seguían hablado de la perra.

Izuku vio sus acciones y la preocupación incremento. Katsuki nunca se ha dormido en clases. Justo cuando tenía la intención de levantarse, una conmoción vino del pasillo.

Todoroki Shōto había llegado.

Toda la atención que antes había dado hacia su amigo se desvío hacia la encantadora hada que llegó. Y como polillas volando hacia el fuego, las personas rodearon al encantador chico. Su belleza era tan irreal que simplemente no podían no amarlo, pero a pesar de querer acercarse y tocarlo, el muro frío que trazó a su alrededor era impenetrable. Nadie podía acercarse.

Shōto llegó al aula con su típica expresión monótona. Sus ojos parpadearon y el suspiro de todos resonó en la sala. Estaban totalmente poseídos por la belleza inhumana, que con solo ver parpadear al chico suspiraban.
Sus ojos sin temperatura miraron el salón y se topó con una figura demasiado destacada. Sin importarle las personas a su alrededor, caminó en dirección al asiento de aquel sujeto tan peculiar y lo miró con unos ojos indescriptibles, para después desviar la mirada hacia el chico que se sentaba al lado.

-¿Podemos cambiar de puestos?

Le pregunto al chico quien estaba casi mudo por la cercanía repentina de la belleza. Incluso si era hombre, la hermosura del joven podía romper las barreras del género.

-S-Si si, claro, tómalo todo, es tuyo.

El chico, con el rostro sonrojado se levantó de su asiento y se fue de manera apresurada. Incluso antes de irse, limpió el puesto de manera frenética, pensando que no podía dejarlo sucio.

Peccata [Todobaku]Where stories live. Discover now