Cambiando la historia

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Percy quiso intervenir. Estuvo a punto de sacar su espada, pero Annabeth lo detuvo, recordándole con la mirada que si querían pasar desapercibidos, no podían intervenir.

Pero alguien más tuvo la misma idea que él y no había dudado en ponerla en práctica. Con una flecha, logró cortar la cuerda de la horca y tan pronto sucedió esto, la joven de vestido azul salió corriendo hacia las escaleras.

De pronto, algo inesperado sucedió. Un joven de cabellos castaño claro atados en una cola de caballo, pasó justo frente a ella, colgando de una cuerda.

—¿Quién hizo eso? —preguntó el superior de los militares.

El montón de gente, de pronto, abrió camino, para que la gente pudiera ver a la joven de vestido rojo.

—¿Me puede explicar alguien... cómo una mujer con un arco se coló entre nosotros sin que nadie la notara?

—¡Es otra bruja, señor! —dijo uno de los asistentes del lugar.

Entre cuatro personas la tomaron de los brazos. No podía generar niebla para todos los asistentes del lugar. Era inútil. Lo había arruinado.

El joven de largos cabellos claros, llegó al suelo, por fin, y se lanzó contra uno de los soldados presentes.

Posteriormente, comenzó a pelear contra los que se iban acercando a él para tratar de capturarlo.

—¿Es acaso... —preuntó Annabeth a Percy, mientras se movía entre la multitud para ayudar a Thalia. Afortunadamente, ella no necesitaba dicha ayuda, ya que fácilmente logró liberarse del agarre.

—Creo que tal vez o Nico estaba muy en lo cierto o muy equivocado sobre él...

—¡Traigan otros dos lazos! ¿Creíste que podrías vencernos, muchacho? —preguntó el superior de los soldados.

—No, señor. Sólamente llamé su atención... ¡Fuego! —gritó el joven.

Una bala de cañón atravesó la estructura que sostenía la guillotina y esta comenzó a dar vueltas. Los responsables del disparo, eran los integrantes de la ex-tripulación de Jack. De alguna forma los había convencido de ayudarlo. Seguramente con sobornos...

—Si está liberando a un pirata, creo que  entonces Nico estaba en lo cierto sobre él... —dijo Percy.

Thalia trataba de correr, pero había demasiadas personas que le impedían el paso. Estaban asustadas de que las fuera a golpear, pero claramente no la dejarían caminar hacia los chicos que venían con ella.

La guillotina por poco le corta la cabeza a Jack varias veces

—¡Aún prefiero el lapidamiento!

Carina se dirigió hacia donde estaba Thalia. Como pudo, se escabulló entre la gente, que tampoco la quería dejar pasar y después de varios jaloneos de cabello, insultos y barreras humanas, logró llegar a la chica a quien buscaba.

—Quisiera agradecerte... —dijo la del vestido azul, sonriéndole.

—No te preocupes. Es a lo que me dedico —respondió la otra.

—Corceles... —dijo Jack tan pronto vio un par de caballos aproximarse a toda velocidad.

Éstos golpearon la guillotina y la misma, salió volando. Jack había quedado libre, pero atado a un trozo de madera, y, ¡Uh! ¡Por poco le cayó la navaja en la cabeza!¡Unos pasos más y adiós! Él la miró, horrorizado

De pronto, el muchacho temerario llegó donde estaban ellas y se dirigió a Carina.

—¿Entonces, qué dices? ¿Me ayudas a buscar el tridente? —preguntó él.

La joven del vestido color vino abrió los ojos, llena de sorpresa.

—¡Caballeros! —interrumpió Jack. —Estos dos prisioneros nos ayudarán a  el tridente.

—¿Y ella quién es? —preguntó, refiriéndose a Thalia.

—Ella me salvó... —dijo Carina —. No sé cómo pasó desapercibida con un arco, pero en serio le agradezco de todo corazón... —sonrió ella.

—Tal vez lo ocultó con magia —dijo el muchacho.

Ella soltó una risita, para ocultar el hecho de que, realmente así habia sido.

—¿Magia, yo? Sí, claro...

—Ay, por favor. La magia no existe. Ya te lo dije —afirmó la castaña de ojos azules.

—Espera un momento... —dijo la joven cazadora, confundida —. ¿Entonces por qué buscas el tridente?

—Bueno, yo-

—¡Aquí estás! ¡Te hemos estado buscando por todas partes! —afirmó Annabeth, tomándola del brazo.

—Nos vamos a perder el desayuno —dijo Percy.

—¡Un minuto! —dijo Thalia. —¡Ellos también buscan el tridente! —dijo, señalando a los piratas y a los dos jóvenes. —Es lo que quieren, ¿No?

Percy y Jack se miraron, incrédulos.

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¡Al final sí pude publicar capítulo hoy! Es mi último regalo del año para ustedes, y quería hacer algo muy especial. Espero que les haya gustado.
¡Feliz Año Nuevo!

¡Por un año en el que pueda publicar capítulos más seguido!

En busca del tridente perdidoWhere stories live. Discover now