¿La espada o el cañón?

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—¿Y esto, por qué? —preguntó Henry, asustado.

—¿Qué clase de mecanismo es ese? ¡Una espada oculta en un tubo! ¡Es impresionante! —dijo Carina.

—Me agradas —dijo Annabeth, con una sonrisita, cruzándose de brazos.

—Es muy útil, ¿verdad? —dijo Percy a la joven recién desatada, para después volver su mirada hacia aquel joven, cuyo color de ojos apenas había notado. Eran color café, con un toque de miel. A decir verdad, lucían mucho con la luz del sol.

—Yo soy quien hace las preguntas aquí. Ahora... vamos directo al grano. ¿Por qué buscas destrozar el tridente de Poseidón?

—Tiempo, tiempo, tiempo. ¿Que él, qué? —preguntó Jack, confundido.

—¿Por qué haría... Un momento... ¡Carina, lo que me dijiste!

—¡Para desatar el poder del mar, debes dividir! —dijeron ambos a coro.

—No lo sabías hasta ahora, ¿Verdad? —preguntó Percy.

—No, pero gracias por decirme.

Annabeth caminó por la cubierta, en silencio, dejando únicamente que sus intimidantes pasos sonaran sobre la madera, hasta que llegó junto a Percy. Una vez que estuvo con él, le soltó un zape en la cabeza y regresó por donde vino.

—¡Si rompemos el tridente, rompemos todos los hechizos del mar! ¡Incluyendo el de mi padre! —dijo el de hermosos ojos cafés, emocionado, para después recordar que estaba siendo apuntado con una espada.

—¡Espera! ¿De qué hechizo hablas? —preguntó Nico.

—Sí... ¿Jamás han oído hablar de mi padre?

Percy negó con la cabeza.

—Dijiste que se llamaba Will Turner, ¿No es cierto? —dijo el pelinegro menor. —Él desapareció hace años, según lo que le- lo que escuché...

—No está desaparecido. Sé cómo encontrarlo, pero si no lo liberamos de su hechizo...

—A ver, a ver, a ver. Dejen veo si entendí. Nuestro querido Henry quiere encontrar el tridente... ¿Y DESPUÉS DESTRUIRLO? —preguntó Jack, indignado.

—¡Para salvar a mi padre!

—Tu padre... tomó una decisión por su cuenta. No podemos hacer nada al respecto.

—No eres tan malo como quisieras, Jack, pero tampoco tan bueno. ¡Tú fuiste el que lo condenó cuando lo hiciste atravesar el corazón de Davy Jones!

—Conque tu mami sí ha hablado de mí... —respondió, complacido.

—En realidad fue mi padre quien me contó sobre ti.

—Siempre supe que había algo... diferente en él.

—¿Qué? ¡No! ¡Mi padre ama a mi madre!

—Nunca dije que no lo hiciera. Pero yo tengo muchos amores, como las dulces mujeres de Tortuga, el Perla, el ron y...

—¡Suficiente! —dijo, ya molesto Henry —. Y tú... ¿podrías dejar de apuntarme? No he hecho literalmente nada para merecerlo —pidió a Percy.

—Lo lamento, Henry. En verdad me gustaría, y también quisiera poder ayudar a tu padre, pero me temo que no puedo alejar mi espada hasta que me prometas que no romperás ese tridente.

—¿Qué? ¿Por qué haría eso? ¡Debo salvar a mi padre!

—¡Y nosotros al mundo!

—¡Y yo quiero mi tridente! —interrumpió finalmente Jack, apuntando con su pistola a la cabeza de Percy —. Si disparo desde aquí, mueren los dos y yo me quedo con el mapa. Por otro lado, si no quieren reunirse tan pronto con el papi de nuestro querido Henry, será mejor que ambos cooperen y vuelvan a sus lugares.

Percy, por el miedo, se había distraído y había bajado la espada, pero el contrario seguía frente a él, inmóvil, también por temor.

—¿Cómo que reunirnos con tu padre?

—Su maldición es llevar las almas de los muertos en el mar al más allá —respondió el otro.

—Oh...

—Por cierto, ¿Cómo que salvar al mundo? ¿Qué clase de peligro corre?

—He dicho que vuelvan.

—Prometemos no romper el tridente en cuanto lo encontremos —dijo Carina —. ¡Pero paren esta locura!

—Habla por ti. Yo vine a salvar a mi padre —dijo Henry.

—¿Y cómo lo salvarás estando muerto, genio? —respondió ella.

—Es un buen punto —dijo Percy.

—¡Les daré hasta tres! —dijo Jack.

—¿Entonces, qué dices? ¿Prometes no romperlo?

—¡Uno!

—No puedo prometerlo.

—¡Dos!

—¡Si no lo haces, moriremos!

—¡Bien! ¡Prometo buscar otra manera, pero si no funciona, tendré que romperlo!

—¡Tres!

—Eso me basta por el momento.

El capitán del barco disparó.

En busca del tridente perdidoWhere stories live. Discover now