T‐5

2.7K 353 42
                                    

Pov. Lisa

"¿Su compañera de cuarto acaba de darle una bofetada en la cara?"

Esto es raro.

Muy raro.

Forzar mis ojos lejos de la ventana es difícil pero lo logro, dada la tranquilidad de mi entorno.

Estoy parada en medio de un área de entretenimiento hundida a la sombra de un toldo de lona gigante.

Debajo de mis pies, un hermoso diseño de un loro en el mosaico cubre el suelo con todos los colores imaginables, sus alas se abren en abanico y ascienden por todo el suelo de mosaicos.

Altos setos se alinean en la cerca más allá del patio delantero, envolviendo todo el jardín en una área viva y respirable de verde oscuro.

Estamos en pleno invierno, pero de alguna manera pararse sobre esta obra de arte, mientras estas rodeada de docenas de arreglos florales en macetas, hace que la primavera se sienta como si estuviera a la vuelta de la esquina.

La puerta corrediza se abre y sale el ángel.

Su mejilla izquierda está enrojecida por el ataque sorpresa de su amiga, aunque la expresión de su rostro es pacífica, mientras su mirada recorre el jardín.

-Hace un poco de frío, pero creo que sobreviviremos ¿Te gustaría quedarte de pie o sentarte en el sofa?-pregunta cortésmente, haciendo contacto visual muy brevemente.

-El sofa suena bien.

-Bien-asintiendo, marcha en línea recta hacia el sofá de dos plazas.

Su determinación de tomar la ruta más corta, casi hace que me deje fuera de combate con su hombro, pero doy un paso atrás justo antes de que nuestros cuerpos choquen.

Francamente su comportamiento cálido a frío me está dando un latigazo.

Pero me encuentro sintiéndome... intrigada.

Y más que un poco humilde.

Es difícil admitirlo, pero el problema fundamental al que me enfrento no es lo absurdo de esta entrevista, sino que no parezco tener el mismo efecto en Ruby Jane, que tengo en otras mujeres.

Ella podría estar jugando con calma, por el bien de la profesionalidad o tal vez existe la posibilidad de que no le gusten las mujeres y prefiera el género opuesto.

Cualquiera que sean sus razones, ha pasado mucho tiempo desde que tuve que confiar en mi personalidad, para conquistar inicialmente a una chica.

Para conseguir este trabajo, tengo que recordarme a mí misma, que puedo encantar a cualquiera.

Que tengo más que ofrecer que la cara que me dio mi madre y que no tengo, por qué dejarme intimidar por una mujer que solo se interesa por mi cuerpo, desde un sentido estrictamente transaccional.

Esta es una entrevista de trabajo, no una cita.

"¡Tu puedes, Lisa!"

Se sienta en el sofá de dos plazas y palmea el cojín junto al suyo.

Es una invitación clara, que acepto como una futura empleada obediente.

-¿Qué te gustaría saber?-pregunto brillantemente.

Ella mira el portapapeles en su regazo.

Echo un rápido vistazo a la página superior y veo un cuestionario en blanco, pero no tengo tiempo de leer ninguna de las preguntas, antes de que se lleve la pizarra a la nariz.

¿Puedo tocarte?/Jenlisa(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora