Capítulo 20

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Un montón de pequeñas piezas de plástico cubren casi por completo la mesita de la sala. Ayudada con pinzas, un pegamento especial y la precisión excelsa de sus manos, la doctora va uniendo poco a poco las partes de su modelo a escala de un buque naval. Está tan metida en dicha tarea que no se había dado cuenta que Kara tenía una media hora sentada en la esquina opuesta del sofá mirándola con atención.

"¿No estás aburrida?" Rompió el silencio la rubia. "Llevas como medio día armando esa cosa".

Algo sorprendida por haber sido sacada tan bruscamente de su concentración, la pelinegra se gira para ver a la rubia con cara de aburrimiento abrazando sus rodillas, esto le causa gracia.

"No... Es relajante" Sonrío volviendo trabajar en el modelo. "¿Quieres intentarlo?"

"Bleh..." Resopló la menor. "Es lo suficientemente aburrido verte a ti haciéndolo, creo que me divertiría más viendo como se seca la pintura". 

Lena la mira con fingida indignación aguantando la risa, a lo que la rubia rueda los ojos y se deja caer de espalda sobre el mueble, apoyando su cabeza en las piernas de la cirujana.

"Quiero decir, son vacaciones de DOS días" la rubia alza los brazos para exagerar. "Podríamos salir a alguna parte... No sé, ir a la playa, ir a un lugar bonito al aire libre... Ir a la playa..."

"Dijiste playa dos veces" Levantó la ceja la cardióloga.

"¿Si?" Se hizo la tonta.

"¿Playa hm? Interesante proposición" Sonrió con picardía e inclinó su cuerpo aproximando peligrosamente su rostro al de la menor. "Que tal si te pones un lindo bikini y puede que sea lo suficientemente amable como para llevarte". Rebotó las cejas.

La repentina e insinuante proximidad tomó desprevenida a la rubia, que se incorporó rápidamente tratando de ocultar su rubor.

"Jaja ¿Es broma verdad?" Rio nerviosa. "Dios, si que te gusta acercarte a mi cara para molestarme ¿No?" Se quejo dándole un suave manotón en el hombro a la mayor. 

"Aunque pensándolo bien algo de ejercicio podría hacerte bien" Se frotó el mentón la pelinegra. "El sobreesfuerzo físico es peligroso para tu condición pero actividades ligeras definitivamente ayudarían a fortalecer tu corazón".

*Brrr Brrr Brrr*

Sonó el teléfono de la pelinegra sobre la mesa.

"¿Hola?" Contestó ésta. "¿Quien?... ¡Ah! Mina, hola".

Con sólo escuchar ese nombre la rubia cambió su alegre expresión por una menos amistosa y Lena lo notó.

"Estoy en casa en este momento" Continuó con su conversación poniéndose de y alejándose un poco. "¿De qué hablas?... Ah, esa noche... Oh, no, no estaba enojada contigo ni nada, sólo estaba cansada, es todo... ¿Qué?, ¿Una cena?, ¿Hoy?, Ehm..."

Cansada de escuchar Kara se levantó para irse a su habitación.

"Gracias por la invitación pero no voy a poder, ya tengo una cita hoy..."

Kara se detuvo en seco ante esas palabras, volviéndose para mirar a la pelinegra un tanto confundida. 

"Tengo que llevar a pasear a cierta bajita" Le guiñó el ojo. "Nos vemos en otra ocasión, adiós". Lanzó el teléfono al sofá. "Bien, damita... ¿Tenemos una cita?" Sonrió. "Anda ve a cambiarte".

Con los ojos brillantes y una hermosa sonrisa Kara fue corriendo a su cuarto para vestirse mientras la doctora hacia lo propio. En menos de 30 minutos ya estaban preparadas para salir. Subieron a la motocicleta de la cirujana, habiéndose colocado previamente los cascos.

Pulse (SuperCorp)Where stories live. Discover now