Capítulo 60

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Sam llevó a Lena a arrastras al hospital para que revisaran la herida de su mano y en el camino exigió una explicación del porqué de su estado y que le contara todo lo que había pasado. Afortunadamente, a pesar de que algunos de los cortes eran algo profundos, no era nada de gravedad y solo debía esperar que cicatrizaran. Posterior a eso fueron a la comisaría para hacer una denuncia formal a Andrea y luego Sam dejó a su amiga es su departamento para que descansara.

A la mañana siguiente se sentía como si un pequeño remanso de calma finalmente volvió a la vida de la cirujana tras esos días tan tormentosos que le había tocado vivir. Era medio día y se encontraba en su cafetería favorita disfrutando de una taza de café.

"Hola, ¿Esperaste demasiado?" La abordó Sam al llegar.

"Siéntate" Ordenó retirando sus gafas. "Y pide algo si quieres".

Haciendo una seña a la camarera, Sam tomó asiento.

"Buenos días" Dijo la mesera. "¿Va a ordenar?"

"Si, me traeme un café latte por favor". Indicó la oficial.

"Enseguida" Asintió la chica retirándose.

"Así que por fin tienes tiempo para ver a tu amiga ¿huh?" Sam miró a la pelinegra levantando la ceja y cruzándose de brazos.

"Si" Confirmó seria la doctora. "No hay mucho que pueda hacer hasta que mi mano se recupere".

"Adivina a quien me tocó procesar antes de venir aquí..." Comentó casual mientras recibía su taza de la mesera.

"¿Tan rápido procedió la denuncia?" Preguntó sorprendida.

"No me subestimes, Luthor" Sam chasqueó la lengua y guiñando el ojo. "La verdad lo que ayudó fue el testimonio de la Dra. Smythe, al ser dos testigos la acusación toma más fuerza" Dio un sorbo a su bebida. "Es una lástima, esa ex tuya es bastante bonita" Rebotó las cejas. "Si tan sólo no fuera una psicótica criminal corrupta, habría pensado en coquetearle".

Lena arqueó las cejas, su amiga no cambiaba nunca.

"Te la regalo" Rodó los ojos la cirujana. "Puede que le haga falta ir al reformatorio Samantha Arias ser ella la esposada por una vez" Soltó con ironía y ambas rieron.

"Ya, hablando en serio" Retomó la compostura la oficial. "La prensa se está divirtiendo con este escándalo, y tu denuncia ha dado pie a que se revise todo lo que ha estado haciendo tras bastidores en años anteriores, cualquier sospecha de actividad ilegal será meticulosamente investigada".

"Entiendo".

"Aunque es probable que pague una fianza y ya, después de todo tiene dinero" Resoplo Sam. "Pero aun deben ir al tribunal y no le haré la vida sencilla, créeme".

"Lo único que me importa y me tiene más tranquila es que dimitiera a su puesto en el hospital, por lo menos tuvo algo de dignidad para dar un paso al costado después que salió a la luz todo" Suspiró aliviada la cardióloga.

"Si..." Coincidió Sam. "Pero volviendo a ti, ¿Qué pasa contigo y tu falta de autocontrol? ¿Cuándo vas a aprender a actuar como una adulta? Tienes suerte que tus heridas fueran superficiales" La regañó.

"¿Qué quieres que te diga?" Se encogió de hombros. "Supongo que perdí los estribos... Pero tranquila, nunca dejaría que algo le pasara a estas manos" Aseguró. "Aun tengo una promesa que cumplir".

"¿Y qué hay de tu chica?"

"¿A qué te refieres con ¨qué hay¨?. Sigue siendo mi chica pase lo que pase" Sonrió soberbia la pelinegra.

"Oh, ¿De donde salió toda esa confianza tan de repente?" Arqueó la ceja mientras reía. "¿A caso olvidaste que te botó?"

"Tengo fe de que me quiere... Ella volverá, estoy segura". Dijo con ilusión en su voz y los ojos brillantes. "Entiendo las razones de lo que hizo, de hecho, diría que de las dos ella cargó con la peor parte, el peso de tener que alejarse por que sentía que era lo mejor para mí" Volvió a sonreír. "Es por eso que confío en ella".

¨El día que se libere de esos grilletes de culpabilidad y siga a su corazón, yo estaré allí¨
 
 

[...]

Un par de días después Kara se encontraba en una consulta médica de rutina.

"Lamento haberlas hecho esperar chicas" Entró el Dr. Brainy en la sala donde las hermanas esperaban. "Parece que tus exámenes indican que todo está como debería" Revisó los papeles en sus manos. "El DAV está funcionando correctamente así que no hay nada de que preocuparse" Sonrió complacido. "Eres una excelente paciente Kara, me alegra ver que te estás cuidando mucho y que te preocupas por tu salud, tienes una actitud muy positiva".

"Gracias" Sonrió débilmente la rubia.

"Bueno es todo por hoy, les avisaré de inmediato si tengo alguna noticia del centro de donaciones y siéntete libre de contactarme si ocurre cualquier cosa ¿De acuerdo?, nos vemos pronto" Se despidió Brainy.

La rubia asintió y se puso de pie junto a su hermana para salir de la oficina.

"Kara, iré a buscar tus medicinas" Dijo Alex una vez que estaban en el pasillo. "No tardaré mucho, espérame aquí".

"Vale".

Cuando su hermana desapareció por el corredor, la rubia comenzó a caminar como por inercia por aquel pasaje que ya se sabía de memoria, perdida en sus pensamientos, dejándose llevar por sus pies que prácticamente se movían solos.

¨¿En serio luzco como si me preocupara por mi misma? Todo lo que hago es revolcarme en mi miseria... Soy patética.¨

Suspiró mirando al piso mientras avanzaba

¨Sólo soy una carga para los demás. Siempre necesitando alguien que cuide de mí y mi estúpido cuerpo enfermizo... Siempre, lo fui para mis padres, para mis tíos, para mi hermana, incluso para...¨

Paró al darse cuenta que su camino era bloqueado por una puerta, levantó la mirada y leyó la placa que identificaba esa oficina.

Dra. Luthor

¨Lena...¨

Alzó la mano y suavemente acarició la chapa de madera.

"Te extraño..." Susurró.

"¡Kara por fin te encuentro! ¡Te dije que me esperaras!" Bufó Alex entre molesta y preocupada. "¿Por qué nunca me haces caso? Vamos, tenemos que ir a hacer las compras de la tía".

"Ya see" Resopló fastidiada la menor. "Dios, eres una tirana, ¿Qué será lo siguiente? ¿Que me regañes por respirar muy fuerte?" Le dio un golpe en el brazo.

Conforme se iban alejando, una figura se asomó sigilosamente por el pasillo contiguo a la puerta sonriendo.

"Yo también te extraño, Kara..."
 
 

[...]

Hacía un clima especialmente agradable esa mañana, Lena había aprovechado el tiempo libre para ir a hacer las compras pues ya no le quedaba nada para comer en casa. El sol estaba brillante y la brisa fresca acariciaba su piel. Pasó por un parque donde había muchos niños y familias compartiendo y disfrutando del día, por un momento recordó aquella incomoda conversación que tuvo con Kara sobre tener niños, rio para si misma pues si bien seguía reacia a tenerlos, admitía que imaginar a la rubia sosteniendo a uno le resultaba un pensamiento un tanto tierno.

Continuó su camino cuando se topó con un grupo de infantes que jugaban con una pelota que salió disparada cerca a su dirección, uno de ellos corrió para recuperarla.

"Tranquilo, yo voy por ella" Se ofreció la cirujana agachándose a la orilla de la acera para recoger el balón.

De repente un estruendo retumbó en el ambiente y el fuerte sonido de una bocina aturdió a la doctora que inmediatamente se giró en dirección al mismo para darse cuenta de que un camión fuera de control se aproximaba a gran velocidad.

"¡CUDADO!..."
 
 
 
 
 
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Pulse (SuperCorp)Where stories live. Discover now