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Las semanas habían pasado, y Nina había regresado a Los Ángeles junto a su gran amigo Luke Hobbs y su no tan pequeña hija, Sam.
Semanas antes Deckard y Nina tuvieron un pequeño problema, el cual los llevó a separarse por orgullo y cada quien se fuera por su lado.
Nina no estaba feliz por eso, ella quería a Deckard, fue el primer hombre en todo, y su corazón jamás podría olvidarlo, solo esperaba volverlo a ver en algún momento.
Y por otro lado, Deckard era muy orgulloso para llamar a Nina, el hombre se ocupó de sus propias cosas, pero se sentía vacío sin la compañía de su espía.
Nina comía un cereal en la barra, Sam aún no se despertaba y Luke salió a caminar.
—¡Buenos días Nik!—la voz de la persona favorita de Nina se escuchó por toda la casa.
La rubia giró hacia aquella voz y miró a Sam toda despeinada, sus rizos estaban alborotados.
—Buenos días, Sammy.—le sonrió, le extendió el cereal ofreciéndole y esta asintió con una gran sonrisa, tomó una cuchara.—¿Ya te lavaste los dientes?—Nina sabía que Sam ya era grande, pero no podía evitar hacerlo, Nina y Sam formaron un gran vínculo.
—No...—La rizada le sonrió de manera inocente y ambas se vieron, Sam suspiro derrotada y fue al baño.—¿Donde está papá?
—Salió a correr, estoy segura que no tarda en llegar.—la rusa comió más cereal.—¿Hoy no tenías partido de fútbol?
—¡No, papá dijo que iríamos a comer!—La rusa le dio un Mhm.—¡Tu también irás Nik!
El cabello peinado de Sam se hizo notar, la rusa le sonrió con agradecimiento, aún no podía creer la gran familia que la había aceptado, no tenía palabras para agradecerle a Dominic y a Luke por tratarla como su familia, justo era lo que necesitaba cuando no tenía a nadie.
Ambas comenzaron a compartir el cereal, Nina, la cual tenía su celular en la barra lo miró como si esperara que el nombre de Deckard apareciera en aquella pantalla.
—Buenos días solecitos.—Luke apareció por aquella puerta con una gran sonrisa y llenó de sudor.
—Buenos días papá.—la rizada le sonrió.
El hombre fuerte camino hacia la barra y se sirvió un vaso de agua, no sin antes ser la un leve golpe a Nina.
—Buenos días Luke.—rodó los ojos divertida, el hombre le sonrió de manera burlona.
—Bueno señoritas, las veo un rato.—el hombre fue directo al baño, y Sam hizo una mueca, Nina solo se rió de ella.
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