CAPÍTULO SEIS

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TaeHyung era un tipo de persona que realmente esperaba lo mejor de los demás. Esperaba mucho de los demás, para ser más específicos. Quizás esperaba demasiado, pero tenía que ser positivo en tanto a las habilidades sociales de los demás se refería porque en eso se iba a basar su trabajo después. Así que, cuando JiMin le dijo que iba a tener una cita por fin después de cincuenta años de haber llorado por su ex, él realmente pensó que las cosas iban a salir tan bien que compró unos chocolates y una botella de champagne para celebrar.

Se estacionó en la sección que venía destinada para el departamento de JiMin, bajó a JungKook y le colgó su pequeña mochila en el hombro antes de sacar la caja de chocolates y champagne. Ambos caminaron emocionados a la puerta del omega esa mañana, ambos igual de entusiasmados por ver a JiMin de nuevo, aunque por cuestiones totalmente distintas.

Sin embargo, cuando JiMin abrió la puerta, TaeHyung no se encontró con un omega brillante post-sexo, sino que se encontró con un par de ojos arrepentidos que venían pegados a un joven adulto que lo jaló dentro del departamento como si hubiera un animal salvaje acechando en el pasillo.

Al principio no le dijo nada, no importó cuántas veces le preguntara si todo estaba bien. La prioridad de JiMin siempre había sido JungKook, incluso cuando estaba a punto de tener un ataque de pánico; siempre aseguraba de que JungKook estuviera en un lugar diferente para que no lo viera así.

Finalmente, cuando JungKook mencionó que quería ir a su habitación para jugar con sus juguetes y JiMin le permitió llevarse un par de chocolates, el omega pudo soltar todo.

TaeHyung escuchó atentamente cada palabra hasta que la historia terminó. Acabó triste, desgraciada, acabó como una mala novela y él quería ahorcar a JiMin.

—Me estás jodiendo —fue lo primero que dijo mientras JiMin cubría su cara roja, hecho un ovillo en el otro rincón del sofá—. ¿Estás hablando en serio? ¡JiMin! —el omega largó un gemido lastimero—. ¿Sabes qué? No voy a creer que hiciste algo como eso, voy a imaginar que al final la cita salió tan bien que acordaron volver a salir, porque esto me va a hacer llorar.

—¡Yo debería ser el que esté llorando! —se señaló a sí mismo—. ¿Sabes la vergüenza que siento? ¡Entré en pánico y le cerré la puerta! —volvió a cubrirse el rostro como si estuviera a punto de lanzar un grito desesperado—. Por la sagrada luna, ¿cómo voy a verlo a la cara ahora? —lloriqueó—. Es mi primera cita en siglos, no puedo creer que lo haya arruinado así.

El beta suspiró, negando con la cabeza. Este era el peor escenario posible, él aceptaba que su amigo no haya podido lanzarse a los brazos de ese alfa en la primera cita, era esperable, pero este era un escenario que no quería que sucediera.

—¿Crees que se ofendió? —le preguntó angustiado, TaeHyung no estaba seguro de qué contestarle porque en su caso él sí se habría ofendido y su expresión pareció demostrar esto a la perfección—. Por la luna... te juro que quería invitarlo a pasar, pero mi cerebro se bloqueó.

Eso tomó un poco por sorpresa a TaeHyung.

—¿Lo ibas a invitar a entrar, en serio?

JiMin apretó sus labios.

—Sí... bueno, realmente lo pensé —habló cohibido, mirando sus manos mientras sus dedos jugaban entre ellos—. Estaba un poco borracho y, bueno, él es atractivo... no me iba a quejar si entraba... ya sabes, no puede haber tensión si ambas personas no sienten lo mismo, es obvio que él también lo quería.

—¿Te dio esa confianza? Ahora de verdad necesito verle la cara.

—Tae, ¿no ves que estoy teniendo una crisis en este momento? —golpeó su hombro, estresado.

EL MOTOCICLISTA Y EL UNIVERSITARIO ♡ MYG + PJM FT. JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora