CAPÍTULO DIECISÉIS

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La zona en la que estaba ubicada la discoteca era una de las zonas más concurridas de Gangnam, cerca de bares y restaurantes, tan llena de gente como podría estar la calle un sábado en la noche. Se podía escuchar la música de fondo rebotando en las paredes del edificio, llamando a los emocionados jóvenes que estaban dispuestos a pasar todas las horas que quedaban de oscuridad bailando con amigos o sus citas improvisadas. TaeHyung se encargó de estacionar el auto dentro de la zona designada al lado del local y todos esperaron pacientemente a que fuera su turno de pasar después de colocarse al final de la fila.

Mientras avanzaban, EunJin no perdió el tiempo y buscó entre sus cosas un brillo labial para ponérselo a JiMin mientras HyunDae despeinaba un poco su cabello con el fin de darle más volumen.

—¿Si saben que no estoy tratando de conocer a nadie aquí, verdad? —preguntó con ironía mientras sus amigos seguían en el suyo.

—Sí, pero eso no quita que queramos verte lucir lindo —argumentó EunJin guardando de nuevo el brillo labial al mismo tiempo que HyunDae terminaba con su peinado—. A veces un omega necesita presumir su belleza sin querer buscar nada a cambio, solo que los alfas miren y sufran.

—Exactamente —apoyó TaeHyung—. ¿No te sientes lindo cuando te arreglas así? ¿Por qué crees que me encanta salir tanto?

—Bueno, sí, pero es un poco raro —admitió—. Estoy acostumbrado a los pantalones sueltos y a los camisones, estar así me hace sentir un poco expuesto. Lindo, claro, pero expuesto.

—Vas a estar bien —HyunDae palmeó su espalda—. Después de todo, tu alfa te marcó tanto que nadie se va atrever a acercarse —se rió.

JiMin sintió que su cara se calentaba.

Cuando la fila avanzó lo suficiente, el grupo de cuatro se colocó frente a los guardias que se encargaban de revisar sus bolsos y de asegurarse de que tuvieran sus entradas. TaeHyung se apresuró a enseñar el QR de las entradas en su celular y, antes de que los hombres pudieran abrirle la puerta, el beta decidió hablar.

—¿Puedo saber dónde está Kim NamJoon? —preguntó con seguridad.

Uno de los guardias agrandó los ojos y el otro los miró con duda.

—¿Qué quieren con él?

—Él debe estar esperándonos. Venimos de parte de uno de sus amigos, ¿Min YoonGi?

El guardia se quedó un momento callado hasta que finalmente asintió en reconocimiento y se metió dentro de la discoteca, el segundo guardia les pidió que se colocaran a un lado de la entrada mientras esperaban a NamJoon y para dejar que las demás personas continuaron pasando.

—Por cómo lo dijiste sonó como el diálogo de una película de mafiosos —dijo JiMin con diversión, provocando que TaeHyung resoplara con gracia.

—En cualquier momento sale ese tal NamJoon a decirnos que debemos matar al presidente —se burló.

—Mientras nos de alcohol gratis... —murmuró EunJin e hizo amago de disparar con sus dedos.

El guardia regresó poco tiempo después y abrió la puerta de par en par. Tanto JiMin como TaeHyung se asomaron con curiosidad hacia el interior de la discoteca y captaron el momento exacto en el que un hombre alto y grande con corbata negra, metido en una camisa blanca arremangada hasta los codos y manos metidas en los bolsillos de su pantalón negro de vestir se acercaba a paso calmado hasta la entrada, una mirada serena en su rostro mientras se alejaba del mar de gente que bailaba detrás de él. Ambos amigos se apartaron con caras sorprendidas y se miraron mutuamente como si se estuvieran preguntando si acaso habían visto lo mismo.

EL MOTOCICLISTA Y EL UNIVERSITARIO ♡ MYG + PJM FT. JJKWhere stories live. Discover now