Delirios de poeta.

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Nadie se fija en una mirada perdida, en una mano suelta que escribe delirios. Vivir el día a día siendo ambas cosas, es como ser invisible en un mundo de fantasmas. Quién le hace caso a la nada. Salir de un aula sin ganas, porque te las dejaste en la puerta de entrada. Por qué nadie habla, por qué todos callan, por qué todos tememos las represalias. Tememos al dolor, nos acumulamos de rabia, te alivias con llanto, te alivias con sangre, y te culpan de no saber cómo adaptarte. He vivido de primera mano ese sufrimiento, no saber dónde estás, no tener vida, no tener nada más que el llanto sordo de cada día.

La historia de un poeta sin poemas.Where stories live. Discover now