De la sociedad al individuo

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Siguen andando en el tablero, azules o rojos, blancos o negros, buenos o malos todos siguen el juego. A las órdenes un capitán malhumorado, un general algo trastornado, un gobernante desequilibrado, un político corrupto, un jefe o un patán, quizá un líder leal.

Así sigue la sociedad, no te digo que esté mal, es la única forma en la que sabemos funcionar. Uno manda y otro obedece, el primero cree tener poder y el segundo libertad. Siguiendo los esquemas, sin ramas por las que trepar, pegado a una línea recta que juraste jamás pisar.

Hay pequeñas cosas que te hacen destacar, tu falta de empatía, tus ganas de sangrar, quizá es por tu locura, por tu insana mentalidad, quizás eres un genio o una escoria social. Día a día de mentiras, rascando la superficie de la tranquilidad, rozando el límite de la barbarie viviendo en una gran ciudad.

Tanta gente alrededor, tantas mentes, tanto dolor, tanta rabia contenida en su interior. Me gustaría poder escuchar todas las historias de cada corazón, poder sostener todas las lágrimas de amor. Quisiera estar para todos los que no estuvieron, siempre quiero demostrar que yo puedo, pero me muero. Yo no soy el fuerte, jamás me lo dijeron, yo no aprendí a jugar así a este juego. Enseño lo que tengo y lo que soy porque no puedo dar más que eso, un poco de sentido común desde la mente de un enfermo, un kilo de rabia por cada lágrima en mi pecho.

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⏰ Última actualización: Apr 11 ⏰

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La historia de un poeta sin poemas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora