Capítulo 4: inténtalo

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Eran las 7 am y su tío Juan lo había despertado para invitarlo a salir de casa. Al principio no entendió, pero pronto le explicó que se trataba de un pequeño paseo que había organizado hace un par de semanas para llevar al grupo de chicos que conformaban el equipo de fútbol que él dirigía. Pensó en negarse, pero el hombre parecía tan emocionado y el entusiasmo de su tía comentando que de esta manera haría nuevos amigos tampoco fue de mucha ayuda.

Su tío había rentado una camioneta similar a un "minibus" y le pidió que lo esperara en la entrada de la casa mientras terminaba de arreglar algunas cosas que llevarían al paseo.
Obedeció y espero de pie frente a la puerta de la casa con su mochila en la espalda y su auriculares en los oídos.
Cerro los ojos unos memento y miro al suelo intentando encontrar respuestas de preguntas que comenzaban a inundar su mente como una ráfaga de viento.
Lolo estaba a punto de hacer su solo cuando un grito con mayor volumen que la canción se hizo presente y lo puso en alerta.

— ¡Buenos días Lionel! — el joven, y siempre escandaloso, Javier era quien lo llamaba  — no te preocupes, Memo no trajo la bicicleta y estamos a salvo de ser atropellados — la euforia de sus risas y carcajadas retumbaron por toda la calle que casi se encontraba vacía.

A consecuencia de este chiste la cara de Guillermo se puso colorada y en seguida golpeó a su amigo en hombro gritando en un susurro — ¡Cállate Chicha! — para después sonreír y levantando su mano saludando — Buenos días.

En cuanto noto la presencia de Guillermo sus sentidos comenzaron un simulacro del que nadie antes le alertó.
Casi se arranco los auriculares de sus orejas y perdió el control de su cuerpo, moviendo la cabeza y sus manos de manera involuntaria.

— Buenas... — fracaso al intentar no tartamudear en su patético y poco planeado saludo.

— ¿Vendrás con nosotros chaparro? — Chicha abrazo por encima del cuello a chico argentino mientras le sonreía amistoso.

— El tío Juan me invito — observo a Javier por un segundo y luego se dirigió a Guillermo, buscando alguna desaprobación en sus rostros, pero al contrario de ello, ambos chicos se veían bastante animados por ello.

Antes de que cualquiera pudiera decir más, una cuarta persona se presentó frente a ellos y saludo a los chicos mexicanos con total confianza.

— ¡ Andresito! Que dichos los ojos que te miran — ese había sido Javier, quien enseguida se lanzó encima del chico en un abrazo.

— ¿y ahora?, a ti ¿que mosca te pico? — correspondió al abrazo del más pequeño mientras lo miraba extrañado pero sin dejar su sonrisa de lado — Acaso tengo una enfermedad terminal de la que no estoy enterado o ¿A qué se debe tanto amor? — dirigió su mirada a donde Memo mientras aún envolvía a Javi en un abrazo.

Guillermo solo se río y negó con la cabeza mientras chocaba las palmas con Andrés a modo de saludo — Se entero que compraste un Xbox.

— Ah, con razón — volvió a sonreír mientras palmeaba con tranquilidad de su amigo que casi ronroneaba como un gato en los brazos de su dueño.

— ¡Ah, Si! — fue entonces que Memo recordó la existencia del chico argentino, la cual, había pasado a un segundo plano con la llegada de Andrés — Él es el sobrino de Juan, irá con nosotros — logró mover al chico por los hombros como si este no pesara nada lo que dejo anonadado al, de por sí poco hablador, Lionel.

— Mucho gusto, Andrés Guardado — la cordialidad y amabilidad eran unas de las muchas cualidades que adornaban al chico.

— Mucho gusto — hizo una pausa para tomar la mano que él chico le extendió y prosiguió — Lionel Messi.

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Guillermo hizo una nota mental para si mismo "no sentarse junto a Chica en viajes largos" la cual le sería de mucha ayuda en algún futuro.
No importaba cuantas veces intentará repetirle que lo dejara de molestar, el chico simplemente no cedía. Simplemente no comprendía como tenía tanta energía si la noche anterior terminaron de trabajar hasta muy tarde y sin descanso.
Fingió dormirse después de la primera media hora, pero no sirvió de nada, su escandalosa voz se hacía escuchar por todo el minibus, e incluso Juan que se encontraba manejando se reía de vez en vez por alguna tontería que decía su sobrino.

— Oye Messi, la tía Pati me contó que estas por debutar en el equipo de tu ciudad — ahora que Javi decidió cambiar de víctima a quien molestar Memo tuvo la oportunidad perfecta para dormir y descansar, pero lo que salió de la petulante boca de su amigo lo hizo poner atención.

— Será cuando vuelva a Rosario — había una desdén de orgullo y seguridad que Guillermo noto en las palabras recién pronunciadas por el argentino, por alguna razón sintió un hormigueo creciente en la planta de sus pies y que le recorrió ambas piernas, atribuyo esto a su tan conocida competitividad y las tremendas ganas por llegar.

Paso una hora y media, cuando Juan les aviso que habían llegado a su destino.
La idea de llevar a los chicos a pasar el día en un lago fue de Patricia, ella sabía que la mayoría de los chicos no saldrían de viaje en sus vaciones, por lo que le pareció muy buena idea si su esposo Juan les diera la sorpresa.

Era un lugar bastante bonito, con un lago sumamente grande con un muelle largo de madera, además, un sin fin de árboles y flores colgantes adornaban el lugar. Era sábado por la mañana en plenas vaciones, era obvio que en el lugar habría gente, lo que para el argentino significaba un poco de irritación, a los demás chicos mexicanos significaba diversión.

— ¡El último que entre al lago es puto! — el grito campal de Chicha, seguido de este lanzando solo sus zapatos a un costado de la camioneta para después echarse a correr al lago, encendió el caos en los otros jóvenes, los cuales inmediatamente copiaron su acción y se arrojaron al lago.

— ¿No irás Lionel? — su tío Juan lo cuestiono mientras baja algunas cosas de la camioneta.

— No traje un cambio de ropa — mentira, su tía Patricia lo había obligado a cargar uno en la mochila.

— No te preocupes — la voz de Guillermo lo hizo brincar un poco por el susto, él y guardado fueron los únicos que se quedaron para ayudar a Juan a bajar las cosas — yo traje una camisa extra y Andrés te puede prestar otro pantalón

— ¿Vos no vienes? — su negativa ante las soluciones que Memo le ofrecía dependería completamente su respuesta.

— Sí, pero primero ayudaremos a Juan a bajar las cosas — continuo cargando y bajando cosas de la camioneta mientras mantenía la conversación con el argentino — si quieres ve con Chicha al lago

— No, te espero

Memo quiso seguir insistiendo para que Lionel fuera a divertirse, pero se rindió al ver que el argentino dejaba su mochila en el suelo y comenzaba a cargar cosas instando ayudar — Bueno...

Cuando terminaron de arreglar y bajar todo enseguida los tres chicos entraron al lago, Andrés y Guillermo se unieron a sus amigos, entre empujones y risas, por su parte, el argentino se quedó un poco más cerca de la orilla, observando divertido el jugueteo de los demás, especialmente del Guillermo. Fue entonces que noto un par de detalles del chico mexicano que guardo en un espacio de su cabeza; la primera, era el más alto del equipo, fácilmente le sacaba unos 10 cm a todos los presentes ( incluido) y la segunda, pero no menos importante, se ve re lindo con el cabello empapado.
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BUENAAAS
Como todo buen shonen, se necesita su capitulo de playa jaja.
Una disculpa, si me había tardado en subir el cap, surgieron algunas cosas (todas buenas) que me hicieron atraparme y yep, ayer había avanzado en casi la mitad, pero me ganó el sueño por el cansancio ( y eso que yo casi ni duermo) so, espero que les guste el cap, los tqm y gracias por leer <33

APATHETIC (Messi x Ochoa) Where stories live. Discover now