Capítulo 10: Pendejo

372 56 2
                                    

Había una extensa brecha diferencial entre lo que definía a Guillermo Ochoa y Javier Hernández.

Jamás lo había visto del todo (y tal vez por que jamás quiso hacerlo) pero era muy notable si te asomabas por encima de su hombro. A pesar de que a Javier siempre se le etiqueto como un chiquillo problemático, descarado y amigable; Guillermo no era muy diferente en ese aspecto a sí mismo, al fin y al cabo se habían criado juntos, y claro que tenían que compartir ciertos comportamientos, pero, aún con todo eso el mayor se notaba más recatado en lo que hacía y decía. A diferencia de él, que nunca supo coordinarse del todo bien, pareciendo, la mayor parte del tiempo, imprudente e impulsivo.

Y aún con todo eso, la brecha seguía pareciendo enorme en todos los aspectos posibles, aunque aveces parecía moldearse y hacerlos parecer personas similares.

Javier siempre parecía ondear con la bandera de tonto y una cara de niño estúpido que solo sabe jugar, creyendose y haciéndose el gracioso en todas partes.

Pero.

¿ Quien era Chicharito ?

Tal vez Chicha solo era una fachada que ocultaba y cubría la mayor parte del tiempo al niño vacío, egocéntrico, inseguro y abandonado llamado "Javier"

El niño que estaba olvidado y empolvado en una casa donde nisiquiera le permitían tener una mascota. El niño que tuvo que crecer solo a su conocimiento y cariño repartido por personas ajenas.
Aquel que amaba con toda su vida y alma a Guillermo, su mayor y único amigo.
Nunca tuvo (y tampoco quiso) pronunciar con palabras todo lo que su corazón gritaba cuando miraba a su querido amigo. Parecía un perro fiel ante su dueño que lo alimentaba y le daba cariñitos. El que lo había sacado de aquel rincón oscuro donde moría todos los dias lenta y dolorosamente.

Un sentimiento que su corazón confundía de vez en cuando.

Había días que lo amaba tanto como se ama a un hermano, otros, donde lo amaba como su amigo y el más regular, cuando lo ama como su todo.

Y se sentía bien con eso, jamás quiso proclamar nada respecto al cariño de Guillermo, ya que le parecía tremendamente egoísta, por que, era consiente de que si le pedía cualquier cosa a Memo, el aceptaría, sin chistar, sin reclamar y sin titubear.

Pero, en los últimos días dudaba de si eso último era del todo cierto...
Antes de la llegada de Lionel a sus vidas, Javier podía ocupar la voluntad de su amigo por completo y este jamás se quejaba, al contrario, sabía que Memo disfrutaba tanto de su compañía como él de la suya, y sin embargo, ahora parecía que le estaba evitando a toda costa, solo por pasar tiempo con el muchacho argentino.

Eran esos precisos momentos, cuando a Javier se le llenaba la cabeza de pensamientos intrusivos, y un enojo que jamás quiso nombrar como "celos" le inundaba su alma, calentaban su cabeza y oscurecian el poco rasocinio con el que contaba su cerebro.

Si Javier Hernández le pedía a su gran amigo Guillermo Ochoa que olvidara toda relación con Lionel Messi, ¿este aceptaría?

Javier conocía la respuesta, no era estúpido (aún que actuará como uno), conocía tan bien a Guillermo que sabía que no aceptaría, aún que fuera él mismo quien se lo pidiera, el lazo que ambos chicos habían formado era muy fuerte, aunque intentarán con todas sus fuerzas ocultarlo, se podía notar si prestabas la suficiente atención.
Era inevitable no darse cuenta, a Guillermo le brillaban los ojos cuando veía a Lionel, se ponía todo torpe y siempre se arreglaba el pelo. 

"Pero quien sabe, no pierdo nada con intentar"

Claramente no lo intento, por que se sentía muy cobarde ante la respuesta...

APATHETIC (Messi x Ochoa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora