CAN'T TAKE MY EYES OF YOU

BESO DE DESPEDIDA

Capítulo 22

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Clara

Fue una noche ¿Larga? Talvez en realidad fue corta, no recuerdo las cosas; me dolía horrible la cabeza, la luz era insoportable, no recordaba nada después del beso, todo era confuso...

¡Ana! – dije asustada, no estaba bien ubicada, no sabía dónde estaba así que me tomo por sorpresa ver a Ana – Hola – dijo viendo desde una esquina un poco preocupada – Estoy... – dije – En casa de Howard – completo Ana, solo a mi me pasan estás cosas – ¿El está aquí? – pregunté mientras me levantaba – No, pero ya sé todo lo que pasó – eso era bueno, y no tanto; era bueno porque podía confiar en Ana y ella me iba a apoyar, y no era tan bueno porque hice todo lo que no tenía que hacer.

Hablamos con Ana un buen rato, realmente no fue una buena experiencia; lastime a Howard, lastime a Jack y me lastime a mi, y a eso sumarle que Howard no sabe nada del beso con Jack. Y para terminar de arruinarlo, no asistí a la misión.

Ok, recapitulemos – dije caminando de un lado a otro en la habitación – Ok – Ana tomo asiento en uno de los sillones – Peleé con Howard y termine con el, luego salí y me emborrache, con Jack, y lo bese; luego viene corriendo aquí, pregunté por Howard y el ya no estaba y después te conté todo lo que pasó y me quedé dormida – esto último no lo recordaba – ¡Soy una tonta! – dije frustrada pasándome las manos por el rostro mientras me sentaba al lado de Ana – No eres una tonta – dijo tomando mi mano tratando de subirme el ánimo – Te equivocaste, es de humanos hacerlo; aquí lo importante es aprender de tu error – volteé atenta a lo que decía – ¿Qué sentiste con el beso? – pregunto – Nada, fue como un cierre, una despedida – dije entre un suspiro intentando no sentirme mal ni sonar cruel – Solo pensé en Howard – agregue con una sonrisa desanimada – Bueno, ahí lo tienes – hizo una pequeña pausa – Ya sabes a quien amas – dijo agitando mi mano para animarme y tenía razón – Es cierto – dije entendiendo muchas cosas – ¡Es cierto! – me volteé a abrazarla – ¡Gracias Ana! – me levanté lo más pronto que pude y empecé a arreglarme – ¿Ahora qué haces? – pregunto Ana siguiendome con la mirada – Tengo que arreglar todo lo que hice, y empezaré por lo más importante... Howard – dije con una sonrisa y con determinación.

Peggy

No pude dormir toda la noche pensando en las amenazas de Masters, pensando en Daniel; pensando en todo lo que pasaba y el como solucionarlo, creí que podría sola con todo este asunto pero la verdad es que tenía que aclarar las cosas mínimo con una persona, Daniel.

Acordamos de vernos a unas cuadras de la SSR en un restaurante.

Hola linda, me alegra que me hayas llamado y que quieras hablar... – nos sentamos ambos en la mesa, el restaurante estaba vacío, solo habían un par de personas aparte de los meseros – ... Todo este misterio y la distancia ¿Está todo bien? – dijo Dani, él sabía que algo estaba mal pero no sabía que estaba mal – Te he estado ocultando algo – dije sin dar tantas vueltas, pude ver su expresión seria y atenta – ¿Estás bien? – pregunto viendome a los ojos, me destrozaba por dentro, pero tenía que hacerlo, talvez solo era momentáneo, era lo correcto – No lo sé – respondí entre un suspiro – Sabes que puedes confiar en mí – dijo y lo sabía pero no era tan fácil, acaricié su rostro, tratando de ser valiente – ¿Estás bien? – pregunto nuevamente después de mi silencio – Lo lamento – no pude decirle y salí del lugar lo más pronto posible.

Todo era tan difícil, no quería alejarme, y la vez me consumía el miedo de que le hicieran algo malo, pero tampoco podía seguir siendo distante y al mismo tiempo tener una relación, una hermosa relación con el.

Peggy – me tomo del brazo saliendo del lugar – No me evites – sus ojos irradiaban confusión y molestia y lo comprendía – ¿Que pasa? – pregunto – No es tan fácil – dije viendolo a los ojos – Hablemos en un lugar más privado ¿Si? – dije y acepte asintiendo con la cabeza.

Caminamos a su auto, estaba más cerca que el mío así que fue una excelente opción.

Daniel

¿Qué es lo que te pasa? Has estado distante conmigo y no se si hice algo mal o... – me interrumpió  – Masters me pasa, no eres tú Daniel – dijo, fue directa pero aún así no entendía lo que pasaba, ese señor no me generaba confianza en lo absoluto – ¿Te hizo algo? – voltee a verla – Cuando estabamos en New York, me envió una carta anónima, con una amenaza a mis seres queridos – dijo, era un hijo de perra, seguramente el envío los ataques también – ¿Por qué no me dijiste? – pregunté tratando de no enojarme, no con Peggy, si no con el hecho de que me ocultara algo tan grande – No supe cómo actuar, pensé que si me alejaba poco a poco todo iba a estar en orden, tenía miedo, solo quiero que estés bien, lo lamento – estaba nerviosa, lo podía ver en sus ojos, en sus manos, en ella – Voy a matarlo – dije entre los dientes, Masters se pasó de la raya – Hay algo que no sabes – dijo ¿qué más podría ser? – El sabe de nuestra relación –dijo, lo que faltaba – Bueno, voy a renunciar – no quería ni verlo ni agrandar los problemas, esa era la solución – Ya lo intente y fue inútil, Daniel – tomo mi mano y sabía que lo que diría no era bueno – Se lo que estás pensando, pero no, no preciosa – dije negandome – Es por seguridad, de algún modo Masters sabe todo de nosotros y no quiero arriesgar nuestra seguridad, solo será un tiempo – dijo mientras los ojos se le hacían agua, pero ella era mucho más fuerte que yo – Peggy – dije entre un suspiro negando con la cabeza – Después de todo lo que hicimos para estar juntos – no lo queria aceptar – Confío en que ambos estaremos bien – dijo dándome un beso suave y tierno en la mejilla, un beso de despedida – Te amo – no pude frenarla, salió del auto y entendí su desición por más que doliera – Y yo a ti – dije mientras la veía irse.