040. 𝗍𝗁𝗂𝗇𝗀𝗌 𝗐𝖾 𝗅𝗈𝗌𝗍 𝗂𝗇 𝗍𝗁𝖾 𝖿𝗂𝗋𝖾

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CAPÍTULO
CUARENTA

"cosas que perdimos en el fuego"

"cosas que perdimos en el fuego"

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Thor no perdió el tiempo después de que la nave de los Guardianes desapareció de nuestra vista. Convocó a Rompetormentas y usando su poder nos llevó hasta la ubicación de Sif por medio del Bifrost.

El cambio no me hubiera parecido tan brusco, pero lo primero que sentí al tener algo firme bajo mis pies fue una ráfaga de viento helado junto con copos de nieve estrellándose contra mi cara. Levanto la mano para cubrirme los ojos y estiro la otra para sostenerme de lo más cercano, en este caso, el brazo de Thor.

Me tomó unos buenos segundos adaptarme antes de poder observar el cuerpo de la enorme criatura que estaba varios metros en la distancia.

—¿Qué o quién es esa cosa? —pregunta Korg.

Thor a mi lado suelta un suspiro y eso me genera curiosidad.

—Faligar. Dios de los Faligarianos. —responde. —Un dios con un corazón enorme.

Un dios de tal tamaño y aún así yacía muerto. Hace media hora no sabía qué tanto miedo me causaba ese tal Gorr. Ahora sí. Porque definitivamente nadie estaba a salvo.

Jessamy se estremece, no sé si por el frío o por la imagen, pero yo me le acerco y le rodeo los hombros con mi brazo. Ella baja la cabeza y la veo respirar varias veces como queriendo controlarse.

Thor masculla algo y cuando me volteo ya había dado un salto que lo hizo desaparecer. Es entonces cuando puedo notar las pequeñas manchas en el campo abierto, eran cuerpos.

—Sif. —murmuro con preocupación y me lanzo por la pendiente esperando que Jessamy sea lo bastante rápida como para imitarme.

La bajada no fue tan malo, la carrera por otra parte parecía no acabarse jamás. Pero a medida que me iba acercando pude distinguir la figura de Thor inclinada sobre otra más diminuta. Disminuyo la velocidad y me dejo caer sobre la tierra cubierta de nieve y hielo ignorando el impacto que tiene en mis rodillas.

Mi llegada le causa un sobresalto. Sus ojos caen en mí y se le abre la boca por la sorpresa.

—¿Tatia?

Trato de esbozar una sonrisa tranquilizadora mientras la analizo visualmente. Los rasguños en su rostro y la sangre no parecían ser para tanto, sin embargo la ausencia de su brazo izquierdo más difícil de pasar por alto.

—Sif... —estiro una mano para tocarle el hombro.

—¿Estás aquí? —pregunta ella como si no se lo creyera.

¿Cuántos años habían pasado ya desde la última vez que nos vimos? Incluso daba la impresión de haber sido hace una vida entera.

—Sí, aquí estoy.

𝗪𝗢𝗥𝗧𝗛𝗬 | 𝗍𝗁𝗈𝗋 𝗈𝖽𝗂𝗇𝗌𝗈𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora