1 - Un Poco de Historia

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Apenas abrió un ojo, sintió como el dolor de cabeza lo martillaba sin piedad. La pesadez de su cuerpo, la boca seca y el leve mareo, le hicieron jurar no volver a emborracharse de esa manera. Sin embargo, lo peor vino después, cuando desconoció el lugar donde estaba, y al hombre con el que compartía una pequeña cama de sábanas con estampado de Mickey Mouse.

¿Qué había hecho?

La realidad lo golpeó aún más, cuando distinguió el aroma del otro. Olor a café. Un alfa.

¡Un alfa!

Dios santo, Virgen Santísima, Apóstoles, magos, dinosaurios, gatos, perros y estrellas.

Rápidamente buscó su ropa, se vistió y sin hacer ruido, salió de ese lugar. El agua caliente relajó su cuerpo. Se puso un pijama holgado, tomó unas pastillas para el dolor de cabeza y bebió casi dos litros de agua. Tirado en su cama empezó a recordar: Una reunión de trabajo. Quería invertir en algún emprendimiento interesante, por lo que estaba muy receptivo a escuchar distintas ideas. Empezó a tomar su trago favorito, Coñac. Lo amaba, porque, bueno, era su olor.

Nunca tomaba de más, ni tenía aventuras de una noche; pero el problema, ahora recuerda, fue cuando le ofrecieron un Gin Tonic, y todo empezó a verse más divertido. Tiene algunas lagunas, y luego la sensación de ser empujado al baño por otro alfa, más bajo que él, delgado y con olor a café. Se besaron y la intensidad de sus caricias lo llevaron a aceptar terminar la noche en el departamento de este sujeto del que no recuerda el nombre.

La peor parte, es que él había sido el pasivo. Él, Harry Styles, alfa. Pasivo.

La verdad, no era la peor parte. Lo que más lo tenía aterrorizado, era que le había gustado. Mucho. Demasiado. No podía dejar de pensar en eso. Su cuerpo vibraba sólo con el recuerdo de su cuerpo siendo embestido sin cuidado por este alfa que ni siquiera le gustaba tanto. 

¿Por qué estaba pensando en un pene más grande, grueso y que lo haga gemir por largos minutos?

Era un alfa bello, muy atractivo, muy serio y con mucho dinero. Siempre controlado, sin sobresaltos. Estaba comprometido con una linda omega con aroma a ciruela. No la amaba, ella lo sabía. Pero los dos querían algo formal, y tener una familia. Quizás el tiempo les daría esa cercanía y cariño que anhelaban. Mierda. Estaba comprometido y le había sido infiel a Kate con un desconocido.

¿Sería una señal?

Lo mejor era terminar con esa historia. Nada lo ataba a ella, y al parecer, la vida le estaba mostrando que no era la indicada. Debió saberlo cuando sentía su aroma y le daban náuseas.

Era tan estúpido a veces. Bastante seguido en realidad.

Durmió un par de horas y luego comió una ensalada de frutas. Recibió una llamada de su novia, y quedaron de encontrarse en la noche en el restaurant que frecuentaban. Luego de eso, vería a su mejor amigo en su departamento. Necesitaba hablar con Liam, él era bastante lúcido y de mente abierta. Por eso eran mejores amigos, lo amaba profundamente. Siempre ha estado ahí para apoyarlo, y jamás podría pagarle todo lo que ha hecho por él.

Su encuentro con Kate fue rápido. Ella ya se había enterado de la infidelidad de Harry, y sólo fue a restregarle en la cara, que lo engañaba hace dos meses. Harry se sintió mal, lamentaba que las cosas se hubiesen salido de control, no era así que debía terminar una relación.

En el departamento de Liam, y junto a un gran tazón de té, Harry pudo desahogarse, hablar sin temores de sus dudas, de sus miedos, de sus necesidades.

"¿Estás seguro de que no te gustan los alfas?" Preguntó con cuidado Liam.

"Seguro. Si tan solo pudiera encontrar al omega perfecto, uno que quisiera ser atrevido, fuerte y dominante en la cama algunas veces" Suspiró con tristeza. "Amaría tener cachorros y ver a mi omega con su pancita redonda, lo consentiría en cada cosa, lo amaría tanto..."

A Different Love, Omegaverse History (L. S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora