The one - GAP: Pink Theory (ES ver.)

Capítulo 61

- ¿De verdad? - exclamó Mon, mirando el edificio frente a ella. Sam, junto a ella, sonrió ampliamente.

- De verdad. ¿No te gusta? - preguntó, confiada en su elección, pero un poco preocupada de no haber hecho la correcta.

- ¿Me estás tomando el pelo? ¡Por supuesto que me gusta! Es el mejor lugar para nuestra segunda primera cita.

Mon y Sam estaban frente al mismo restaurante donde tuvieron su primera cita, aunque en ese entonces solo eran amigas. El restaurante de langostinos de río seguía igual que una década antes. Con el mismo ambiente marinero, pero también el estatus de restaurante de gente rica. Podría haber sido una mala elección, porque había causado algunos problemas la última vez que estuvieron allí, pero Sam tenía un plan de respaldo en caso de que a Mon no le gustara. Sin embargo, parecía contenta con su elección, así que respiró aliviada.

- Me alegra que te haya gustado mi elección. ¿Entramos? - Mon asintió y Sam señaló la puerta. Cuando la castaña comenzó a caminar, la morena tomó su teléfono para cancelar la otra reserva que había hecho por si acaso.

Sam entró detrás de Mon con una gran sonrisa en su rostro. Durante mucho tiempo, había pensado que la posibilidad de volver a estar con ella de alguna manera era un sueño que nunca se haría realidad. En ese tiempo, todas sus defensas se habían levantado y había aislado su corazón del amor. Pero el regreso de Mon las había derribado, una por una, con mucha facilidad. Estaba sorprendida de lo rápido que había llegado a su corazón una vez más, pero no se iba a quejar demasiado. Porque, en un rincón de su corazón, cada vez más pequeño con el paso de los años, siempre tuvo la esperanza de que volverían a estar juntas. Y ahí estaban, así que iba a disfrutar el momento.

Por parte de Mon, se sentía más o menos igual. La vida le estaba dando el regalo de estar con la mujer que no debería haber dejado tantos años atrás. Aunque tenía sus motivos y creía firmemente que había tomado la decisión correcta en ese momento, también deseaba que las cosas hubieran sido diferentes, para que pudieran haber estado juntas. Al fin y al cabo, desde el momento en que comenzaron a salir, supo que Sam era la persona que había estado buscando. Separarse de ella fue lo más doloroso que había hecho en su vida. Sin embargo, sabía que la vida podía darle segundas oportunidades, y ahí estaban. Así que iba a disfrutarlo, con la esperanza de que, esa vez, durara para siempre.

- Estoy muy feliz de que estemos aquí ahora mismo. - dijo Mon, luego de que el camarero les hubiera tomado nota de su pedido. El mismo que habían ordenado la primera vez que estuvieron allí. - Me imaginaba que esto sucediera a veces, pero verlo hecho realidad me está emocionando. - Sam sonrió al escuchar aquello.

- Me emociona mucho a mí también. Durante algún tiempo, pensé que te había perdido para siempre. Pensé que nunca tendría la oportunidad de estar contigo, pero aquí estamos. Y soy la mujer más feliz del mundo. - tomó la mano de Mon, que estaba apoyada sobre la mesa. La otra mujer lo sostuvo y entrelazaron sus dedos.

- Tampoco me imaginé estar con nadie más que tú todos estos años. - Sam abrió los ojos, sorprendida.

- ¿De verdad? Eso es impactante. Pensé que todos esos años en Londres te habían convertido en una mujeriega. - se rió de su propia broma, pero hablaba desde un lugar de confusión. - Quiero decir, me imagino que tienes a muchas mujeres y hombres que te invitan a salir.

- Y muchos de ellos lo hacen. Salí con algunas personas en estos años que pensé que eran interesantes. Pero, al final del día, siempre los comparaba a todos contigo. No debería haberlo hecho, pero era inevitable. Fuiste mi primera novia y eres el amor de mi vida. Así que quería encontrar a alguien que pudiera ser tan bueno como tú, pero nunca lo hice. Encontré problemas con cada persona con la que salí. Charlotte solía decirme que, actuando así, nunca encontraría pareja. Pero en el fondo, nunca quise una. Porque nunca dejé de amarte. Y nadie era suficiente porque no eran tú. - Sam sonrió y le apretó la mano, suavemente.