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Lilith-june no solo era su mamá, era su confidente y el pilar que la sostenía. Lilith-june había sido su mejor compañía en todos los momentos tristes que había atravesado en su vida, y esperaba que la acompañara por el resto de ella.
La vida ter...
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~Evora Martin~
Estaba sentada en la mesa del comedor. Todos eran amigables entre ellos y mi cabeza solo podía pensar en la posibilidad de que Clover estuviera enamorado de mí.
Suspiré cuando mi mejor amigo y mi tutor por fin compartieron una risa, creí que eso no sería posible. No tenían buena química hacía un par de minutos y que ahora se llevaran bien me había quitado un peso de encima, que había sido reemplazado por lo que Clov pudiera sentir. Me sentía rara viéndolo. No éramos nada más que amigos, pero ahora la posibilidad existía en mi cabeza: Clover y yo como pareja.
Isa abrió la puerta de la casa, todos giramos a verla. Agradecí en voz baja que mi cabeza se hubiera despejado. Mi hermana mayor llegó a mi lado y me tocó el hombro, de alguna manera había estado más cercana desde la visita a los abuelos.
—Hermanita, cuando termines de cenar me gustaría hablar contigo en mi habitación. Disculpen que no me quedo a comer con ustedes, pero fui a cenar con mi novio —dijo caminando rumbo a las escaleras. Quedé atónita.
Claramente está actuando raro.
—Muy bien, iré a mi habitación. Te espero allí luego.
—¿Es solo impresión mía o ella es otra persona? Porque de ninguna manera puede ser la misma hermana tuya que jamás nos dirige la palabra —dijo mi mejor amigo y papá rió.
Sentí la mirada de Benjamin sobre mí por el resto de la cena. Al concluir hice justo lo que Isana me había pedido. Subí las escaleras corriendo, ansiosa por lo que podría decir.
—Entra.
—¿Ahora que es lo que quieres? ¿Vas a contarme lo que quiero saber? —pregunté un poco molesta y ella suspiró tratando de no darme un golpe —. Realmente quiero saber de que hablaban papá y la abuela ese día. Si tú no me cuentas lo averiguaré por otros medios, Isa.
—Es por eso que yo seré quién te lo diga —no se veía muy feliz con hacerlo, pero era todo lo que necesitaba para quedarme allí, así que cerré la puerta detrás de mí para tener más privacidad.
—Habla —pedí para que fuera al grano. Digamos que la paciencia no era una de mis virtudes.
Obviemos todo el suspenso que vas a meterle al asunto, hermanita.
—Una conversación así de importante no requiere suspenso. ¡Solo dime! —habia esperado una semana, mi cabeza ya se había hecho tantos escenarios de lo que podría decir.
Olvidaba lo dramática que era.
—La conversación que papá tuvo con la abuela y por la que discutieron es un tema del pasado de mamá. Sé que ella era muy importante para ti, créeme, para mí también lo era. Pero cuando me enteré de esto, mi percepción sobre ella cambió... Necesito que mantengas la mente abierta, ¿ok? —lo había dicho con mucha cautela, así que debía ser algo serio.
