CAPÍTULO 30 (PARTE 2)

422 46 159
                                    

🚩🚩ADVERTENCIA🚩🚩🔞🔞🔞🔞Contenido explicito +18.  ⚠⚠⚠⚠

Armando se bajó de su carro con prisa, aún estaba bien de tiempo, pero estaba ansioso por regresar rápido al hotel. Betty tenía casi una hora fuera cuando él salió para cumplirle la cita a Mantilla y lo estaba poniendo nervioso su ausencia sin mucha información.

Entró al edificio y se acercó a la recepcionista, que lo recibió con una sonrisa coqueta en cuánto lo miró. Armando sonrió con cortesía y habló con profesionalismo.

—Buenas tardes, señorita, vengo a una cita con Ricardo Mantilla. Soy el señor Armando Mendoza— La recepcionista desvaneció un poco su sonrisa cuando escuchó lo de "señor", dando por entendido que se trataba de un hombre casado.

—Por supuesto, él lo está esperando en la oficina principal del piso siete, por si gusta ir subiendo él lo recibirá de inmediato— La mujer lo guió hasta el elevador y el asintió con cortesía para después darle una sonrisa amable y entrar al elevador.

Las puertas se cerraron y no esperó mucho hasta que se volvieron a abrir en su piso; salió con seguridad y caminó hasta la oficina del fondo. Ni siquiera tuvo que tocar, justo antes de llegar la puerta se abrió y Ricardo lo saludó con una enorme sonrisa.

—Tan puntual como siempre, ¿no?

—Me conoces muy bien, Mantilla— Ambos soltaron una risa cómplice y Armando entró después de darle un abrazo rápido. Se sentaron en un par de sofás y Ricardo le puso un vaso con licor frente a él— Entonces, dime de que se va a tratar todo esto. He leído el contrato que me has dado y me parece una locura en el sentido de que me salvara de todas las maneras existentes— Armando soltó una risa nerviosa y Ricardo asintió con emoción.

—Entonces está más que perfecto, Armando, es justo lo que yo quería darte. Sé que me tardé un poco en darte el contrato, pero te prometo que en cuanto vos lo firmés ya no habrá más martirio. Quizá tardarás un poco en salir de la deuda que contrajiste con tu queridito suegro, pero es un plan viable y eficiente.

—Y de eso no tengo duda, con Mario ya estudiamos todo el plan de negocio y la capacidad que pide el contrato. Ecomoda cumple con todo lo necesario para hacer los uniformes que has solicitado en el tiempo estipulado...y yo solo...no sé como agradecerte, ¿sabes? Todo esto me duele por mi Betty, por todo lo que ha tenido que esperar por mí y que hagas esto por la empresa de mi familia me pone en una deuda tan grande contigo.

—Nada de eso, Mendoza; sabés perfectamente que con esto apenas estamos a mano, vos me ayudaste mucho con la escuela, el internado, la adaptación al nuevo país. Con Mario me diste una amistad que hasta el día de hoy consideró de lo mejor que me ha pasado y aunque pienses que no lo noté, sé que ayudaste un poco con la crisis que atravesó mi familia cuando tuve que devolverme a Argentina. Vos sos mi hermano y sí te estoy dando el contrato es porque sé que lo mereces y sabrás aprovecharlo.

Armando sonrió con gratitud y se levantó para darle otro abrazo que Ricardo respondió con una risa burlona.

—Pero no nos pongamos en esas, Mendoza, recuerda que al menos yo si soy bien macho— Ambos soltaron una carcajada y se separaron con un ánimo de diversión— Mejor siéntate que ahora debo contarte los detalles de último momento que me ha agregado mi socia; afortunadamente nada alarmante así que no me pongas esa cara.

—¿Y de qué van esos detalles?

—Son cosas simples, sobre todo que tienen que ver con diseñador que hemos contratado— Armando asintió con calma— Pues resulta que el diseñador ha pedido mantenerse anónimo así que solo les hará llegar los diseños, los patrones y elegirá un par de asistentes dentro de tus galerías para dirigir la producción de sus prendas.

DÉJAME AMARTEWhere stories live. Discover now