Capítulo 19

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Princek Novectas

La parte más difícil de no dormir casi nunca y no necesitar hacerlo es cuando te quedas dormida por culpa de un sabotaje mental y despiertas cinco siglos después.

Cuando mis ojos se abren lo primero que me viene a la mente es que el arcángel me mandó a "dormir" como aquella vez cuando le pregunté con cuántas mujeres había follado. Lo segundo que pienso es en el Princek alejándose de la morada, hacia las montañas nevadas.

Y lo tercero es, ¿Por qué el cielo está oscuro? ¿Ha anochecido?

― Ay... ―me incorporo al verme rodeada de sombras y doy un grito de susto cuando las aves saltan lejos de mí.

La perfecta escena de un muerto siendo revivido mientras los buitres se lo comen y estos se espantan. Pero claro, no me estaban comiendo.

― ¿Qué pasa? ―pregunto a nadie en específico. Ha anochecido y no sé cuántas horas han pasado desde que caí en mi sueño provocado.

Bien, ese silencio sepulcral que inunda el ambiente no ayuda a calmarme, y mucho menos si no hay corrientes de aire.

Hay una convocatoria en el Arco de la Vida. ―dice una de las aves y miro en dirección de varias que aún están en la terraza.

― ¿Qué? ―jadeo poniéndome de pie para notar mis manos llenas de sangre seca, muy seca. Parte de mi vestido también tiene sangre―. ¿Cuándo hubo la convocatoria? ―pregunto con temor y antes de que ellas me respondan mi piel se eriza al escuchar vagamente la misma voz de aquella vez.

― Todos los habitantes del Segundo Cielo deben estar bajo el Arco de la Vida. ―esa voz me pone alerta y solo tomo el dije de la cadena que me regaló Haziel recordando aquella vez hace cuatro años. Es como recordar esa vez que fui llevada allí, largas filas interminables de ángeles ante las Jerarquías.

¿Dónde está Jared? ¿Dónde está Haziel? ¿Acaso ellos son los culpables de la orden? ¿Qué carajos hicieron?

― ¿Por qué se escucha lejos? ―pregunto frunciendo el ceño.

Calipse no forma parte de esa convocatoria. ―me explican y mi cerebro empieza a trabajar con rapidez.

Algo pasó, algo grave. Y supongo que no tiene que ver directamente conmigo, podría jurar que se trata de Haziel y de Jared. No sé por qué, pero estoy muy segura.

¿Están en peligro? ¿Qué tal si se enfrascaron en una pelea descomunal? Al fin y al cabo yo fui quien se los sugerí. Lo que no puedo creer es que Haziel lo haya hecho, ¿Acaso no sabe que si se arma un lío lo van a interrogar a los dos? Y... sabrán que yo tengo algo que ver con su estúpida pelea.

Haziel por celoso, o quizás porque no soporta idea que Jared me ayudase. Y... Jared... ¿Por ayudarme? Nuevamente, Jared estará en problemas por ayudarme.

Joder.

¿Tan caótica fue la pelea que provocaron ellos que todos los ángeles fuesen convocados al Arco de la Vida?

No me quedaré para averiguarlo, ellos no pueden morir. Tarde o temprano me enteraré. El chisme corre rápido por estos lados.

Espera, ¿Pero si los condenan a algo? ¿Si me vienen a buscar? ¿Si hay unas alas en peligro? Desde luego que las mías no, no se puede romper el Adhamanti.

― No se vayan de aquí, vuelvo en un momento. ―murmuro corriendo al interior de la montaña después de tomar la daga del piso con la que me hice el corte en mi mano.

No tengo tiempo para payasear.

Me doy un baño rápido, sólo para quitarme la sangre de las manos y mientras lo hago miro como el vestido que tenía puesto se consume en las llamas a pocos metros de mi ubicación en el estanque más cercano a las puertas. Es necesario deshacerme de el, lo bueno de todo es que lo que se quema con fuego de arcángel no deja ni cenizas.

Sangre de arcángelWhere stories live. Discover now