Por favor, mantengan la calma.
No olvides seguirme si aún no lo haces. xx
La marca de la condena
Haziel
Hay una fina línea entre la lealtad y hacer lo correcto.
Ahora mismo me estoy debatiendo entre ambas, y solo puedo elegir una.
Si me pongo a estudias las ventajas y desventajas duraré una eternidad aquí.
― Son cuatro cargos, por los tres serás juzgado antes del amanecer.
Zemer quiere acabar con todo aquel que haya apoyado a Niamh. Supongo que si se entera que yo me uní a ella muchas veces y que también la he estado ayudando a ocultarse, probablemente estuviese haciéndole compañía a mi hermano.
No puedo pensar en Niamh ahora.
Jared está arrodillado, las cadenas de la condenación no le permitirán huir, pero aun así su poder está latente en el ambiente, si no le hubiesen colocado las cadenas probablemente nadie estuviese aquí en estos momentos.
― Desacato a las leyes del Beta es la primera ―continúa Zemer―. Tu visita al reino del querubín caído es la segunda, ocultar a Niamh Browne es la tercera.
Digno de admirar, pero no lo puedo decir en voz alta.
― Si nos confiesas donde está Niamh Browne podemos eliminar ese cargo.
― No diré dónde está Niamh Browne ―él suena tranquilo, pero su tono de voz está cargado de algo más. Conozco a Jared.
― Niamh Browne tiene muchas cosas que explicar en la Piedra de Fuego, todos los caídos han dicho que ella era la pieza clave del Arcángel Principado Belial y que fue ella quien usó las Veljeax Doradas ―Dan permanece quieto en su lugar mientras habla―. Niamh Browne sabe más de lo que piensa, y si no nos dices donde está...
― Te convierte en cómplice de Niamh Browne y de Belial.
Algo injusto para muchos, pero de acuerdo a nuestras leyes no lo es.
― El hecho de que rompiste más de diez reglas en ir al infierno a pedirle ayuda al querubín caído para que abriera el camino a Baalseth desde su reino de por sí te condena a la caída, pero el retener a Niamh Browne sabiendo que envió caídos al Ihmautaph, ayudarla a esconderse y ayudarla en sus planes te coloca una condena que conlleva a cortarte las alas.
― Baniel tiene razón ―habla Zemer―. Y aún está el cuarto cargo. Ocultarnos tu naturaleza de arcángel al llegar al Beta.
― Ya dije que no pudo hacer eso ―rezonga Nohemí, ella es la que está más cerca de Jared, y supongo que ella no quiere que él sea juzgado, sé que Nohemí se la lleva bien con mi hermano―. Jared siempre ha sido un ángel.
― Es un arcángel.
― ¿Por qué ahora lo notamos? ―pregunta Baniel con enojo―. ¿Por qué no antes? ¿Por qué ahora sí lo deja ver?
― El rango no es algo que se pueda ocultar ―espeta Nohemí―. Jared Askenaz era un ángel, siempre lo fue y ahora ya no más.
Me miran, pero me limito a permanecer al lado de Arthur sin inmutarme. Enid también está a mi lado, no ha visto a Jared ni un momento. Sé lo duro que es para ella el tener que presenciar todo esto. Jared es nuestro hermano. Pertenece a nuestro círculo íntimo. Siempre ha sido leal.
Joder.
― Nadie puede dar rangos. Fuimos creados así, ya no...
― Han pasado muchas cosas que se suponen que no deben pasar, empezando por el hecho de que un príncipe del mundo se revelase contra su tarea, el uso de las Veljeax doradas del querubín prisionero para cometer la violación al Ihmautaph al enviar caídos allí ―Nohemí parece segura de lo que dice y yo quisiera bufar, ellos ignoran tanto que quiero reír―. No me sorprende que Jared ahora no sea un ángel, sino un arcángel.
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Sangre de arcángel
Fantasy[EN EDICIÓN] "La mente humana, nefil y angelical no tendrán ni la más remota idea de los acontecimientos que están por venir. ¿Puede existir algo tan fuerte como la mezcla de sangre entre las criaturas más poderosas que han sido creadas alguna vez...