25. "¿Ahora sí somos dignas de tu atención?"

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Hay un capítulo antes que este, por si wattpad los trae a este primero. No se pierdan, vampis.


(25)

ARLENE

No.

No.

No.

La palabra se repetía en mi cabeza mientras bajaba las escaleras y emergía de la casa. Mis padres ya estaban ahí, haciéndole frente a los guardias y a mi hermano. Uno de ellos sostenía Ellary del brazo con fuerza, su rostro estaba enrojecido y gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas. ¿Qué le habían hecho? Di un paso hacia mi amiga, pero mi madre me detuvo, enroscando su mano en mi muñeca con firmeza. La miré y ella sacudió la cabeza.

—Señor Willsborg, —comenzó el guardia—. Hemos encontrado a esta sirviente intentando entrar al castillo. —Miré a los ojos a Ellary, y ella bajó la cabeza, no, ¿había intentado llevarle a la carta a Jana a pesar de que le dije que no lo hiciera? —Ha desobedecido una orden real, su castigo serán diez latigazos frente a sus señores.

—No —protesté de inmediato—. Los castigos físicos han sido prohibidos en el reino desde hace años.

—El rey los ha restaurado para esta orden, y las futuras —respondió y me quedé helada. ¿Estábamos volviendo atrás? ¿Cómo unos salvajes?

—No —dije y cuando mi madre apretó su agarre en mi muñeca, me solté de mala gana, dando un paso hacia ellos—. No van a lastimarla, no lo permitiré.

—¿Está desobedeciendo al rey, señorita Willsborg? —Retó el guardia y esta vez fue Ellary la que habló:

—Arlene, está bien, puedo manejarlo. —Pero el miedo en sus ojos llorosos era obvio. Intenté avanzar y dos guardias vinieron a mí y me tomaron de ambos brazos.

—¡Suéltenme! ¡No! —Recordé a mi hermano y lo encontré ahí de pie a un lado del guardia que hablaba, no me miraba—. ¡Jarlen! ¿Vas a permitir esto? ¡Jarlen! —Luché con todas mis fuerzas, y busqué ayuda en los rostros de todos los presentes: mi padre se mantuvo inexpresivo, mi madre con la cabeza baja, Jarlen mirando al vacío. Y luego vi esos ojos negros a los que ya me había acostumbrado: Haeran. Él estaba de pie a un lado de todo, observándome con intensidad y podía verlo en su rostro: ¿quieres que haga algo? Y lo consideré, sin embargo, si Haeran atacaba a los guardias reales se consideraría traición, y podían encarcelarlo, incluso matarlo. Era una decisión imposible. La única salida era mi hermano—. Jarlen... —esta vez no grité, y eso pareció llamar su atención porque finalmente me miró—. No lo permitas, por favor.

Ellary también lo miró con la petición clara en su expresión, los tres nos habíamos ayudado tanto mientras crecíamos y nos queríamos. Jarlen se mantuvo firme e inexpresivo.

—No podemos ir en contra de una orden real. —Y levantó el mentón en señal de que comenzaran con el castigo. Mi corazón se rompió al igual que el de mi amiga quien enderezó la cara y bajó la cabeza mientras la arrodillaban.

—Procederemos con el castigo. —Y el guardia rubio sacó el látigo de un bolso que colgaba de su Visen. Lágrimas inundaron mis ojos.

—Padre... —Supliqué—. Es Ellary... por favor. Creció con nosotros, no lo permitas, por favor.

El grito desgarrador de Ellary resonó por todo el lugar cuando recibió el primer latigazo. Mi pecho se apretó y lloré sin control. Mi mirada encontró la suya y Ellary me sonrió en medio del dolor.

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