30. "Porque eres mía."

108K 12K 4K
                                    

[30]

REINA DE LA HUMANIDAD

JANA ERASTIA


Las hojas carmesís volaban hacia un lado en la dirección de la brisa nocturna. La luna brillaba imponente al final de ese camino entre árboles, la vista era melancólica desde el balcón de mi habitación. El funeral real había terminado hace un par de horas, las familias Traiskar y Kultak se habían ido a descansar en el ala este del castillo después de compartir una cena bastante incómoda. Tendríamos una reunión de estrategia militar al día siguiente.

No hay descanso, no hay tiempo para procesar nada.

Mi duelo era un vacío en el pecho que se agrandaba cada vez más y no me podía permitir sentirlo por completo, lidiar con ello porque estábamos al borde de otra guerra y yo era la reina. No debí subestimar el destino, me confié en que tendría a mis padres, a mi hermano a mi lado cuando esto pasara. Jamás imaginé que me sentaría en el trono con la parte interior de mis uñas aún manchadas de su sangre porque no había podido quitármela por más que lo intentara.

Mi familia... la base estable en la que me sostuve toda mi vida se había desvanecido frente a mis ojos y se suponía que debía secarme las lágrimas y hacerlo a un lado porque no era la prioridad del momento. El peso de la humanidad había caído sobre mis hombros, una sola decisión mía podía causar muertes.

Sin mencionar lo abrumador que fue recordar un montón de cosas de la vida de todas las personas con las que había tenido contacto. Eché un vistazo por encima del hombro hacia la puerta de la habitación, sabía que Arlene estaba del otro lado, resguardándome. La comandante de las Fuerzas humanas, mi mejor amiga y la que volvía a estar a mi lado en esta tercera vida. Ella había sido comprensiva, millones de preguntas se dibujaban en su cara, pero supo darme mi espacio sin exigir respuestas. Y honestamente, no estaba segura de que ella estuviera lista para la verdad, para saber que fue su Kol el que nos permitió esclavizar a los vampiros.

El peso de una posible guerra volvía a caer en nuestros hombros. Hace un par de semanas, éramos un par de adolescentes merendando en los jardines reales, hablando de chicos y hormonas. Y ahora estábamos al frente de otro conflicto bélico, volvíamos a estar en esta posición dolorosa. Nos habíamos sacrificado por una paz que duro tres décadas. Quizás era nuestro destino como hijas del árbol blanco.

Me quedé viendo las hojas carmesís y como se ondeaban con el viento y pensé en mi primera vida: Hyrae... la madre de todos los vampiros. Mi pecho se apretó, el dolor que pasé en esa vida fue mucho más intenso que lo que pasó en mi segunda vida con Caos II, porque el sacrificio y el amor retorcido que sentí por él fueron dolorosos, pero nada como la agonía que sentí como Hyrae.

Cuando conocí al primer Caos en la playa, y le dejé tomar mi sangre, jamás imaginé que sobreviviría en el castillo de la colina del pueblo, ni mucho menos que algún día se aparecería en las celebraciones de otoño en la plaza. No había forma en la que él pasara desapercibido, era demasiado diferente a todos los aldeanos: Pálido, alto, con un rostro marcado por facciones muy atractivas. Todos lo observaron con cautela y mucho resguardo, sin embargo, yo lo reconocí de inmediato, sabía que este chico había sido el niño que salvé en la playa hace años. Y él también me reconoció.

En medio de la gente, nuestras miradas se cruzaron, y se me aceleró el corazón. Fue ese tipo de sensaciones instantáneas que te revuelven todo de la nada, como si él y yo tuviéramos una conexión automática.

Y mientras danzaba con mi hermano en medio de la plaza, dando vueltas y divirtiéndome, podía sentir su mirada clavada en mí. Y me sorprendió cuando le pidió mi mano para bailar a mi hermano quien de muy mala gana, aceptó.

Suyo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora