5. Niussha

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Ciaren volvió a velocidad a Tolsung después de recorrer todo Vrasere y no dar con el paradero de Elistan. Esta vez lucía verdaderamente molesto por el tiempo que había perdido, así que decidió enfrentar a Kara, quien permanecía en su casa haciendo caso omiso a los consejos de Elistan, pero recordando claramente las palabras de Grim-Han y Nedoc. Sabía que su vida corría peligro, pero no quería ser una cobarde, por lo que solo negociaría por las vidas de sus hijas de ser necesario.

Con lágrimas en los ojos miraba un retrato de su esposo hecho por ella misma preguntándose una y otra vez si hacía lo correcto

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Con lágrimas en los ojos miraba un retrato de su esposo hecho por ella misma preguntándose una y otra vez si hacía lo correcto. De pronto, la puerta de la casa fue abierta y un enfurecido Ciaren se mostró ante ella, quien se levantó y lo miró con expresión de sorpresa y confusión, aunque claramente sabía qué lo había molestado. 

— Ciaren... —habló con su dulce y profunda voz, mirándolo a los ojos. Este se paró frente a ella e indagó:

— Me mentiste, Kara.

— ¿De qué hablas? —indagó, ladeando la cabeza.

— Elistan no está en Vrasere. No hay rastro de él, nadie lo ha visto ahí. Kara... ¿qué me estás ocultando?

Ella bien sabía que demostrar que había engañado a Ciaren la llevaría a su ejecución, por lo que pensó en las palabras adecuadas para seguir con su treta. Lo miró a los ojos y le respondió:

— Pero... él me dijo que iría a ese lugar. Pensé que ahí se encontraría con el caballero herido.

— ¿Caballero herido? ¿Quién es ese?

— No lo sé. Escuché una vez a Nedoc hablar en secreto sobre el caballero herido. Bueno, en ese tiempo estaba herido, supongo que ya está bien.

— ¿Qué más sabes de él?

— Que «le habían quitado su esgrima». Algo así. Nedoc preparó muchos vendajes y comida para él. Si mal no recuerdo, dijeron que había perdido un brazo.

Ciaren abrió los ojos en grande y se sostuvo de la mesa. No pudo responder a las preguntas de Kara sobre si sabía quién era, pues desde luego que sabía. En su mente el primer rostro en aparecer fue el de Grim-Han, lo que representaba serios problemas debido a los secretos que ocultaban. Observó la expresión de inocencia de Kara y dedujo, por sus palabras, que ella no sabía de quién se trataba. Kara preparó un té para él ya que lo vio marearse, además de hacerlo sentar. Él quiso rechazarlo para partir de inmediato e informar a Krisegar, pero una de las niñas salió llorando de la habitación y lo abrazó.

— Tío Ciaren, ¿es verdad que papi no va a volver?

—     Tío Ciaren, ¿es verdad que papi no va a volver?

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Las Crónicas de AlbarnaWhere stories live. Discover now