Las Crónicas de Albarna

8. Nuevo Rumbo

La situación era realmente tensa. Grim-Han no dejaba de ver a esos dos frente a él: sus amigos y hermanos porque, a pesar de todo, aún los consideraba así. Se replanteaba una y otra vez el conflicto que los había llevado a estar de ese modo: la obsesión de Ciaren por su salvador, aquella que jamás pudo remediar por más consejos que le dio, y la ignorancia de Naryu respecto a lo que acontecía a su alrededor.

Buscaba posibilidades de salir con vida de ahí: varias veces pensó en correr y buscar la ayuda de Elistan, pero no quería exponerlo a él ni dejar que ellos destruyeran la información. En su buen estado, Grim-Han era mejor guerrero que esos dos, pero ahora su falta de brazo era una considerable desventaja ante esos dos monstruos: si bien Ciaren no era el más fuerte de ellos, era muy astuto y aun así sus niveles de batalla eran altos; mientras que Naryu no era de mucho pensar, pero era brutal en el combate. Entre los dos se equilibraban.

Grim-Han alcanzaba defender por un solo lado, pues ahora tenía varios puntos muertos. No podía dejar que ellos lo atacaran en varias direcciones, por lo que vio la arboleda cerca del muelle y echó a correr hacia ella, siendo seguido por los otros dos. Miraba de reojo hacia atrás, dándose cuenta de que Naryu era más rápida que Ciaren y gracias a ello lo dejaba algunos pasos atrás, en eso, Grim-Han aprovechó la oportunidad para detenerse, desenvainar su espada —como no podía usar su alabarda, debía conformarse con una hoja de tamaño normal y de doble filo— y lanzar un ataque, el cual Naryu defendió con la armadura de sus brazos, aunque sí sintió cómo estos quedaron vibrando debido a la fuerte presión.

Al detenerse un momento, Ciaren la rebasó y fue tras Grim-Han, quien reguló menos su fuerza al detenerse y atacarlo, recibiendo Ciaren una herida en su brazo, de la cual no pudo defenderse con sus dos espadas al tener un angosto camino de árboles que obstruían sus movimientos. Este se detuvo a causa del dolor que sintió y Naryu volvió a ir adelante. Grim-Han estaba logrando lo que quería, pues no podían hacer un ataque en dúo en su contra, además, la densidad de los árboles impedía que Naryu usara su arco.

No obstante, la arboleda no era infinita y, cuando comenzaban a agotarse tras las heridas que les infringía Grim-Han, quien también estaba resultando herido, Ciaren decidió tomar otro camino y aparecerle por el frente. Una vez acorralado, Grim-Han recibió muchas heridas por parte de ambos y, aunque eran mortales, se las arregló para que no le dieran en los puntos vitales. Avanzando en su pelea, fueron a dar a un campo abierto en el cual había muchas flores de diversas fragancias. Naryu rompió a llorar al ver hasta dónde habían llegado y comentó:

— Fue aquí... en este lugar estuvimos todos después de la muerte de Nasli. Fue aquí donde nos dimos palabras de ánimo antes de volver a Borea. Fue aquí donde nuestros lazos se hicieron más fuertes. ¡¿Por qué nos traicionaste, Grim-Han?! Todos éramos felices cuando estábamos juntos. ¡¿Por qué nos hiciste esto?!