Quackity x tú || 𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐏𝐎𝐑 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐓𝐎

XXI. 𝑾𝒉𝒊𝒕𝒆 𝒍𝒊𝒍𝒊𝒆𝒔

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- XXI -

❝【 𝑾𝒉𝒊𝒕𝒆 𝒍𝒊𝒍𝒊𝒆𝒔 】❞

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Quackity:

Estacioné mi carro en la entrada de la cochera al llegar a mi casa. Es una sensación muy chingona y reconfortante el llegar a tu hogar después de un viaje.

Bajé de mi carro y caminé hasta la entrada de mi casa. No traía llaves porque hubo una pequeña complicación en el hotel. En breves palabras: me traje las de la habitación y dejé las de mi casa.

Lo bueno es que siempre pongo unas llaves fuera debajo de mi tapete por situaciones cómo estás, así que lo primero que hice fue levantar el tapete y recoger la llave suelta que estaba tirada.

Iba a abrir la puerta, sin embargó por mi vista periférica me di cuenta que algo no estaba en orden. Guardé nuevamente la llave en mi bolsillo y voltée a mis lados observando cada detalle de la casa.

Estaba pintada, tenía los números completos, el basurero seguía ahí, y el adorno de flores blancas estaba en una esquina.

¿Flores blancas?

Fruncí el ceño a la misma vez que caminaba hacía la esquina donde se encontraba un adorno de flores. Lo tomé entre mis brazos pensando lo pesado que era.

Entré a mi casa y dejé el ramo de flores en la mesa del comedor.

— _____, ya llegué. — avisé a lo alto, después me callé cuando recordé que ella no regresaba hasta mañana. — Ah, olvídalo.

Luego de cerrar la puerta con seguro y dejar las llaves cerca de la puerta, no pude evitar volver a ver el ramo de flores. Pensaba que seguramente lo habían dejado en mi puerta por equivocación, porque en todo caso lo trajeron cuando estábamos _____ y yo fuera de Los Ángeles y no había nadie que pudiera recibirlo.

Antes de hacer algo más, llené un jarrón con agua para poner las flores dentro y que no marchitaran. Solo por si era el caso que hubiera una equivocación en la dirección, entregar las flores en perfecto estado.

— Lirios blancos... — murmuré, sonriendo por las belleza de las flores blancas.

Era un ramo de solo lirios blancos que lo hacía ver simple, pero elegante.

Como los ramos de la iglesia, pensé

Busqué alrededor del ramo alguna nota incrustada, y sonreí victoriasmtene cuando encontré pegado un sobre blanco con un sello dorado que lo cerraba.

— Que pipirisnais. — dije, viendo el sobre por ambos lados. — ¿Debería de abrirlo?

No estaba hablando solo, no soy como _____. Estaba hablando con mis simis que estaban sentados en una de las sillas de la mesa.

— ¿Qué tal que no es mío? Sería ilegal leer algo que no me corresponde... — pensé bien en la situación. — Bueno... ilegal no sería, solo moralmente incorrecto.

Me estaba auto convenciendo para dejar el sobre en la mesa y dejarlo pasar, pero otra parte de mí quería leer el mensaje.

— Esperen, ¿qué tal que sí es mío? — pregunté a mis simis y me imaginé que asintieron. — Seee, chingue a su madre, lo voy abrir.