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El camino fue realmente duro, contuvo sus lágrimas por el bien de sus sultanas, pero su corazón estaba completamente destrozado después de haber perdido a sus hijos.

Miro a sus pequeñas, ellas dormían tranquilas, miro sus muñecas y los destellos de lo que sucedió comenzaron a llegar, era increíble como en solo cuestión de segundos reprimió tantos recuerdos, los veía como si ella no hubiese sido la que hizo todo aquello.

*Flashback*

La criada había entrado a sus aposentos y le pidió ir a la torre de justicia, había sido orden del nuevo sultán, ella fue más que obligada pues los guardias la amenazaron con sacarla a la fuerza.

Al llegar entro, sus hijas no estaban ni ninguna otra sultana, solo ella, al mirar por aquella torre vio salir a los guardias con pequeños ataúdes desfilar por el lugar mientras los soldados mantenían la cabeza baja como respeto y otros tantos intentaban detener a los pueblerinos que estaban inconformes con lo que había pasado.

En ese momento algo en Hürrem cambio, fue como si la personalidad fuerte de siempre se hubiese esfumado, sus lagrimas salieron, pero de un momento a otro su mirada se endureció, en cuanto la puerta fue abierta salió con rapidez a sus aposentos sin esperar siquiera a los guardias o a las criadas que la acompañaban.

Se encerró por si sola en los aposentos, al mirar sus cosas noto que alguien ya había estado ahí, abrió aquel armario y busco en la caja de sus joyas, ahí tenía una botella de veneno, era momento de acabar con todo.

A pesar de su intento no la encontró, busco en otro lado donde ya tenía otras botellas más pero no encontró ninguna de ellas, quien entro se aseguró de llevarse cualquier cosa con la que pudiera hacerse daño, pero recodo que aun tenía algo que quizás no podrían haber encontrado.

busco entre sus cosas y encontró aquella daga que Süleyman le había dado como regalo cuando dio a luz a su primer hijo, donde la guardo aparentemente no habían buscado bien, la tomo y analizo sus opciones había dos formas muy efectivas de acabar con todo, pero algo dentro de ella no se lo permitió, sin pensarlo demasiado se cortó las venas dejando que la sangre fluyera y aquel dolor remplazara el dolor de su corazón.

Poco a poco la sangre manchaba su vestido y el suelo, mientras la vida se escapaba de poco logro ver a Süleyman tomarla de la mano con una sonrisa y todo se volvió negro.

*Fin Flashback*

Por una parte, agradecía que la encontrasen a tiempo, en aquel momento no pensó en sus hijas y que aun la necesitaban, se alegró de al menos seguir por ellas.

Aquel día la sultana madre también partió de aquel mundo, todos supieron que había tenido un ataque después de enterarse de la sentencia de los príncipes, no pudo procesar todo eso y su corazón fallo, pero había algo más, no estaba enferma y mucho menos era una mujer débil, seguramente Mahidevran tuvo que ver con eso pues sabía que la madre sultana no la dejaría en paz después de haber cometido semejante atrocidad.

No había duda de ello, pero ahora nadie podía hacer nada en contra de esa mujer, incluso las hermanas del sultán no hicieron nada mas que apoyarlos, un día pagarían todo, evidentemente no por ella, pero alguien más lo haría, el pueblo no estaba contento con la decisión que su nuevo sultán había tomado, Rüstem pasha había esparcido el rumor de que aquel sultán perdonaría a los príncipes por ser sus hermanos y ser muy pequeños y la gente apoyo aquello.

Creyó que si lo presionaban de esa manera mantendría a los príncipes con vida, pero no funciona, sin embargo, lograron crear incertidumbre en su pueblo y descontento con sus decisiones.

Luz de EsperanzaWhere stories live. Discover now