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Hürrem recibió a los hijos de Hatice y hablo con ellos brevemente, no profundizó en que los había traído y tampoco sabía lo que Cihan había hecho, aunque la joven sabía que pronto se lo dirían.

Shah miro a Hürrem con una sonrisa cálida y le hizo una pregunta que la había estado dando vueltas por la cabeza —¿Por qué Mustafá no te ha matado? — pregunto.

Hürrem sonrió aparte de que si la mataba jamás sabría dónde estaba su hijo ellos tenían un por qué.

Cihan miro a su tía para responder, también conocía perfectamente esa parte —Por qué no puede, él está atado debido a que mi tío...—

—Cihan, por favor. Debes ir a casa con tu madre, se preocupará por ti, por todos ustedes vayan— dijo Hürrem con tranquilidad.

Shah la miro tranquila, parecía que había algo que no quería que todos supieran así que por el momento respetaría esa decisión.

Cihan bajo la mirada aun momento y luego volvió a mirar a Hürrem —Mi madre sabe dónde estamos, no creo que le importe después... —Bajo la mirada nuevamente. —Después de lo que hice— dijo con seriedad.

Hürrem la miro seria —Que hiciste Cihan, porque a tu madre dejaría de importarle lo que haces y donde estas—

Cihan subió la mirada —Porque yo robe los decretos que usted tiene en su poder, porque difundí los rumores de su hijo y de los errores del pasha y sobre todo porque yo le di la dirección a mi padre para que usted viniese— dijo con la voz entre cortada.

Hürrem dio un paso atrás sin mirarla.

—Lo lamento, sé que esta enojada porque puse en peligro a su familia, pero considerando todo lo que hizo por nosotros quise que se hiciera justicia— dijo con la voz quebrada.

Hürrem la miro seria —Cihan, mírame, si me molesta y hasta cierto punto duele, pero entiendo lo que quieres, de haber sido al revés creo que haría lo mismo, pero mírame, no puedes dejar a tu madre, así como así— dijo seria.

—A mi madre se lo dije, usted nos procuró más que nuestra propia madre, nos quiso como una madre y nos dio su amor aun cuando tenía a sus propios hijos, a mi madre se le olvido que usted salvo a mi hermano dos veces, la primera al nacer, la segunda fue aquella noche que si no fuera porque usted vino a verla él se habría ahogado y aun con todo eso ella la odiaba, eso no es válido—dijo seria.

Hürrem la miro —Yo no fui del todo inocente, cometí errores graves e hice cosas que no debía— dijo seria.

Mehmet quien tan solo había escuchado igual que su hermano se acercó a ella —Sultana, lo sabemos, pero en este palacio cualquiera hace lo necesario por sobrevivir igual que mi padre y mi madre, pero ellos cometieron un error al dejar que sangre inocente fuera derramada, pudieron evitarlo ya que decían no ser como usted, pero decidieron callar, eso es peor— dijo serio.

Hürrem le sonrió —Tú me recuerdas un poco a mi Mehmet, espero que tu destino jamás se acerque al de él— dijo con una sonrisa triste.

—No se preocupe sultana, aun cuando no estemos de su lado mis padres harán lo necesario para mantenernos con vida y eso implica que intentaran por cualquier medio que no se sepa lo que Cihan hizo— dijo con calma.

Antes de que alguien pudiera decir algo más entro Kösem a los aposentos.

Los tres príncipes se despidieron y salieron al jardín, más tarde regresarían, evidentemente no pensaban en volver al palacio de su madre por unos días.

Luz de EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora