Elf.

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—Tiene un acento extraño —Murmuró el rubio arrodillado frente a la pantalla que miraba con atención, ese chico se veía muy serio a diferencia de él en su juventud pero aún así debía reconocer su formalidad y el gran respeto por los protocolos que llegaba a reconocer—.

—Es porque se crió la mayor parte del tiempo con el británico en su territorio. —URSS viró el ojo caminando a la cocina para buscar un plato seguido de algún pan de los que hizo ayer, ya que habían interrumpido su lectura por lo menos usaría ese tiempo para comer algo—.

—¿Y cuándo nació? —Preguntó otra vez el escarlata memorizando cada una de las expresiones del menor, tenía un nombre muy parecido a su padre y tal vez podría contarse como alguna especie de hermano descendiente así que estaba interesado en saber más—.

—Medio año después de que te moriste. —El azabache tomó la carne marinada de donde la guardaba para así comenzar a servirse lo que quería, recordando que en algunas semanas más ya debería comenzar a darle carne al cachorro de lobo que estaba acostado entre los brazos del germano—.

—...Y ¿Está vinculado con alguien?, así como.. —Dritte miró de lado al de hoz y martillo, refiriéndose obviamente a alguna relación amorosa o incluso de esos matrimonios que se llegaban a hacer para mejorar las economías o sectores específicos aunque esos eran más acuerdos por interés mutuo—.

—No. Al menos que yo sepa y la verdad no me interesa el mocoso cuatro ojos. —Terminó de hacer sus sándwiches sintiéndose algo incómodo por el tema, no le gustaba recordar el tipo de trato que se daban antes de la guerra porque terminaría enojado y no quería arruinarse el día—.

—Mm... entiendo, eh.. gracias por responder mis preguntas.. y lamento haber gritado así. —El de esmeraldas asintió devolviendo su atención al noticiero que cubría en vivo la conferencia Europea, por más que no entendía el tema del que estaban hablando allí—.

—..Te aconsejo que no te hagas ilusiones con él, América controla hasta cómo respira. —Le dio una última mirada neutral antes de volver a su oficina, había.. una cierta familiaridad en la mirada ajena. Apretó un puño cuando logró dar con el recuerdo, la tenía siempre que jugaba con los niños, esa mirada de curiosidad y atención—.

—Aún así, se ve como una linda persona.. —Reich finalizó con tranquilidad viendo como el otro rubio hacía una pequeña reverencia con una sonrisa ligera para una niña que se acercó a entregarle un ramo de lo que parecían tulipanes, también le agradaban mucho ese tipo de niños—.

•   •   •

El de esvástica miró otra vez las escaleras y retrocedió un paso negando un poco cohibido, sentía que si daba un paso algún otro animal salvaje se le abalanzaría para comérselo hasta la muerte.

—Camina, no hay muchas horas de luz solar como para desperdiciarlas. —El de ushanka marrón estaba tras el más bajo cargando su saco de trampas limpias, realmente no necesitaba ningún tipo de ayuda, pero el pequeño lobo debía conocer los alrededores y no tenía tiempo de estarlo vigilando—.

—No quiero —Negó otra vez el de esmeraldas que tenía en brazos al canino, sintiendo luego como le empujaban la espalda para forzarlo a avanzar así que se puso rígido intentando mantenerse donde estaba para no pisar la nieve a centímetros de sus botas— No quiero salir Sowjet, no.

—Ya no hay ningún otro lobo aparte de este en toda la zona, así que date prisa y camina. —URSS bufó dándole otro empujón hasta que lo vio pisar finalmente la nieve y hacer una expresión como si se sorprendiese de no haberse caído hasta el infierno o algo por el estilo—.

—..¿Y cómo estás tan seguro de que no? —El de gran abrigo café murmuró aferrándose a Grisha luego de que lo señalara, no oía ningún tipo de aullido o ladrido raro pero aún así no podría evitar estar tan tenso fuera de la seguridad de la cabaña—.

—Porque los maté. —Respondió seco el hoz y martillo cerrando la puerta antes de encenderse un cigarrillo puesto a que el recorrido iba a ser largo y debía distraerse con algo para evitar el estrés— Suelta al lobo, no es un bolso para que lo tengas cargado.

—Hace frío y aún está pequeño —Dritte lo abrazó un poco más sintiendo como el cachorro le lamió la mejilla, si a ninguno de los dos le molestaba estar así no importaba—.

—¿Te recuerdo de dónde lo traje? —El de parche viró el ojo que le quedaba y le quitó sin brusquedad al cachorro de los brazos, agachándose para dejarlo en el suelo que el canino olfateó un momento y luego se sentó junto a las piernas del europeo— ¿Ves?, la nieve no mata.

Ya luego de eso comenzaron finalmente a caminar revisando el área y las trampas más cercanas que tenían cosas pequeñas como ardillas o alguna ave desafortunada, mientras tanto el menor se mantenía ignorando los animales muertos pero quedándose cerca al carmesí debido a que este llevaba su rifle y le serviría como escudo en caso de que apareciera un animal carnívoro. Aunque también iba con su cubeta recogiendo bayas y no pudo evitar sonreír ampliamente cuando encontró un árbol de duraznos, del cual tomó los necesarios tras treparse como pudo y luego se acercó a ofrecerle uno al de ojo hielo.

—Ten, Sowjet.. —Extendió su mano en dirección al mencionado que cambiaba sus trampas tras guardar en otro saco los animales que cayeron en estas, ambos intercambiaron miradas por unos segundos y se sintió aliviado cuando lo tomó—.

—Hm.. gracias. —El azabache frotó un poco la fruta contra su abrigo para quitarle la ligera capa de hielo que tenía y luego le dio un mordisco tranquilamente, estaban perfectos para comer en ese momento—.

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