Rebirthing [T.R × URSS]

Cорок.

—Es una niña, nuestra hija es una pequeña niña.. —URSS aún abrazándolo le dio un casto beso en la coronilla sintiendo todo el alivio del universo, el germano y su bebé estaban vivos—.

—Felicidades Reichi, está sana y en perfecto estado, lo lograste —El cenizo se arrodilló junto al mencionado tendiéndole un pequeño bultito envuelto en una manta blanca que dejó en sus brazos para luego cubrirlo a él con otra pues estaba desnudo—.

—..Krasnoyarsk Krai.. —Murmuró reconociendo el emblema en su delicado rostro antes de romper en llanto apegándola a su pecho, había tenido otra hija y estaba viva, allí mirándolo con sus brillantes ojitos aguamarina llorosos y su cabello rubio despeinado de cuando fue limpiada—.

Los demás afuera se secaron las lágrimas con disimulo mientras suspiraban aliviados de no haber presenciado ninguna pérdida esa larga noche caótica, los jóvenes eslavos ahora tenían una nueva hermanita a la que esperaban poder conocer luego cuando la situación se tranquilizara.

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—No tienes que estar aquí si no quieres.. —El escarlata dijo en tono bajo evitando mirarlo mientras amamantaba a su bebé, los habían dejado solo en la habitación a insistencia de la que reconoció como Bielorrusia debido a que no hacían caso al pedido del de parche—.

—Reich.. yo estoy aquí porque te amo, sé que fui un imbécil tremendo por haberte echado así... luego de que te fuiste encontré unas cartas y entendí porque esa tarde del 45 querías asesinarme a toda costa.. —URSS respiraba profundamente para que su voz no se quebrara, aquella decisión de enviar al bombardero para vengarse lo perseguiría como una sombra el resto de sus días— Yo no tenía idea.. te juro que de haberlo sabido hubiese detenido todo para conocer a Berlín, me duele en el alma y sé que no puedo pedirte que me perdones porque ni siquiera yo lo haré.. pero te suplico que me des la oportunidad de ver crecer a esta bebé..

—¿Tú.. me amas? —Lo miró desconfiado con dolor en sus ojos, no había notado que en medio de sus desespero dejó las cartas que había escrito en ese tiempo y Alemania tuvo la gentileza de enviarle para que supiera lo que sucedió—.

—No he dejado de amarte desde que éramos niños, incluso si todo este tiempo estuve reprimiendo mis sentimientos por enojo a causa de lo que sucedió con mis hijos que no fue culpa nuestra.. Yo quiero pasar el resto de mi vida contigo, como la familia que siempre quisimos antes de las desgracias de la maldita guerra —El azabache tomó la mano libre del menor y se aferró a esta como si fuese su última oportunidad de vivir, ambos mirándose a los ojos cargados de sentimientos nostálgicos mezclados con el dolor de haber perdido de esa manera a su primera bebé— Quiero ser para Krai el padre que quiso conocer nuestra Berlín..

Con gruesas lágrimas descendiendo por su rostro el de esvástica retiró su mano izquierda del agarre ajeno, apretando el puño con fuerza antes de levantar la palma extendida en su dirección con el labio inferior temblándole debido a que se retenía para no volver a llorar. Inmediatamente el más alto de levantó de la silla en la que estaba y le dio un abrazo cuidando no ser muy brusco, luego de acostó despacio junto a ellos y pasaron el resto del tiempo jugando con la pequeña manito de su hija hasta que se quedaron dormidos acurrucados entre sí.

—Que noche.. —Ucrania suspiró tranquilo sosteniendo su taza con té cargado de azúcar para afrontar el gran susto que todos se habían llevado, en el segundo nivel todo estaba callado así que tal vez no hubo otra pelea—.

—No vuelvo a blindar puertas nunca más. —El tricolor alemán bufó escondiéndose en el cuello del de cruz blanca que lo abrazaba por la cintura al estar sentado sobre sus piernas, por suerte nadie preguntaba al respecto, luego de haber creído que perderían a Dritte no quería limitarse de nada más en la vida—.

—Mejor carga el juego completo de llaves de casa a todos lados —Respondió el de ushanka gris estando acostado en el suelo junto a Grisha que ajeno a todo el cansancio de los otros buscaba recibir cariño del joven que se parecía a uno de sus dueños—.

—No puedo creer que salió rusa, que traición —Suiza apoyó de lado su cabeza sobre la del de piel amarilla, obviamente lo decía en broma, pero se esperaba otra germana chillona con tendencias expansionistas bélicas para seguir el legado—.

—Bueno si la hicieron allá.. —La única mujer del grupo alzó las cejas y luego hizo una mueca al llegar a la obvia conclusión de dónde fue concebida su difunta hermana años atrás, a lo que todos hicieron a la vez una mueca incómoda—.

—...Se me quitaron las ganas de comer —Dijeron al unísono los demás seguido de un sonido desganado, lo mejor era buscar cómo se acomodarían los eslavos para dormir en la sala pues el dueño de casa compartiría habitación con el mayor—.