Siebzehn.

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—URSS.. —Llamó el menor en un murmullo algún rato después de que el mencionado se acostase dándole la espalda, con más cosas que estaba recordando comenzaba a pensar de qué tal vez podría ser perdonado por él si llegaba a la verdad— ¿Crees.. que algún día puedas perdonarme?..

—Vuelve a dormir —El de ojo hielo desvío la pregunta con tono de pesadez, prefería seguir intentando dormir en lugar de que el fascista se pusiese melodramático nuevamente pues no estaba de humor para aguantar a alguien más quejándose—.

—Solo.. dime, me gustaría que fueses sincero.. —Dritte algo ansioso hizo otro intento mientras miraba al techo para relajar su respiración, no había nada que desease más que volver a los viejos tiempos.. incluso si había perdido la guerra y alguien más dirigía la nación, que otras personas lo odiasen no importaba—.

—No —Dejó salir el eslavo con pesadez sin llegar a sonar seco, pero con todo lo que estaba pasando.. dudó momentos después— ..No lo sé.

—Me hace feliz.. que ya no quieras verme simplemente muerto.. —Una pequeña sonrisa tranquila se dibujó en el rostro del escarlata que entrelazó las manos sobre su pecho con un aura ya más relajada—.

—..¿Por qué tienes tanto afán con que te perdone? —URSS abrió en ojo sin mirar nada en específico, sólo esperando oír una respuesta, pues desde el inicio el de esvástica se había mostrado desesperado por ello—.

—Porque.. no podría vivir en un mundo en que he perdido todo y la peor cosa sobre mi.. es tu desprecio absoluto —Respiró profundamente el europeo sintiendo su corazón ir un poco más a prisa, no tenía mucha costumbre de hablar sobre sus sentimientos, pero admitía que en ocasiones como esa era algo liberador— Fuiste mi primer todo.. Sowjet.

—Y aún así acabamos en guerra, encerraste a los míos en campos de concentración y dejaste a una de mis ciudades como tierra quemada —El azabache bufó ahora girándose para mirar al techo recordando la carnicería que fue él mismo había ido a luchar con ellos hasta el final, desde el Volga hasta Berlín luego de dejar a sus hijos en la seguridad de Mongolia—.

—¿Qué.. ciudad? —Sus esmeraldas intentaron no verlo de soslayo y se mantuvo quieto como estaba, lo más probable era que esos eventos eran pasados 1942 por lo que no recordaba en absoluto—.

—Stalingrado, ahora la llaman Volgogrado. —El eslavo bufó otra vez, obviamente inconforme con que hubiesen cambiado los nombres de ciudades insignia nombradas como antiguos dirigentes de la unión—.

—..Supongo que al final lo habrás compensado destruyendo Berlín.. —Aquél nombre le produjo una extraña punzada en el pecho al de esvástica, pero no tenía idea del porqué, solo sentía un gran vacío como si hubiese algo peor que ver la ciudad en llamas— ¿Ber..lín?..

—Algunas cosas quedaron enteras.. como la Puerta de Brandeburgo y el Reichstag, aunque no se podía decir lo mismo de las casas —URSS no lo decía en burla, realmente había sido muy frustrante ver a todas esas mujeres y niños en situaciones lamentables, incluso la mayoría de veces prefería no pisar territorio germano para evitar oír todas las monstruosidades que hacían los ejércitos—.

—No, no es eso.. hay algo que —Girándose por instinto para ver al contrario el más bajo conectó sus miradas para tratar de explicarse pero fue interrumpido por algunos toques a la puerta y dos voces de fondo que lo hicieron fruncir el ceño de manera automática—.

—Hej komunista, drewno się kończy, nie chcemy zamarznąć na śmierć —Polonia apretaba los dientes desde el otro lado mientras se abrazaba a sí mismo, la temperatura estaba bajando más de lo que les gustaría sentir y no sabían en dónde rayos guardaban la leña como para reavivarla ellos mismos—.

(Oye comunista, se está acabando la leña, no queremos morir congelados)

El escarlata ya ni siquiera quiso hablar y resopló con fastidio girándose para darle la espalda al euroasiático pues sentía algo de frustración, solo sintió al más alto levantarse para luego oír la puerta abrirse seguida de algunos ruidos en la entrada de la cabaña siendo allí donde estaba la leña bajo una compuerta en el suelo que daba al sótano. Algunos minutos después la puerta se cerró, pero no tenía interés en moverse de la cama.. sin embargo se asustó cuando uno de sus pies fue jalado obligándolo a girarse para quedar viendo nervioso al de ushanka con expresión seria.

—Háblame más sobre la habitación blanca. —Su gran mano no soltó el tobillo del rubio, estando sentado al final de la cama observando como el aludido calmaba su respiración al igual que su postura tensa—.

.   .   .

En un ambiente muy tenso comían los cuatro individuos, el germano mayor prefería apegarse al azabache todo lo que este le permitiera debido a que no quería estar ya cerca de otro rubio y al polaco seguro le clavaría el tenedor en la garganta, por lo que intentaba apresurarse en comer para volver a la habitación a leer un poco el resto de la tarde.

—To jest mięso z jelenia, prawda? —El castaño rompió el silencio mientras jugaba con su tenedor a mover la carne marinada al ya haber terminado las patatas horneadas y la ensalada, la carne no olía raro pero estaba claro que res o ave no era—.

(¿Esto es carne de ciervo, no?)

—Solo trágatela o le doy tu plato al perro. —URSS gruñó entre bocados, les estaba dando de comer y tenían el descaro de quejarse, si fuese por él les daba las sobras que dejaba el lobo en el suelo—.

—Jak niegrzecznie. Też nie wiem czemu tak bardzo szanuję ten worek na pchły, w pewnym momencie oderwie komuś palec —Continuó hablando el bicolor a pesar de sentir que Alemania le picaba la pierna con el índice para que dejase de darle razones a los ex dictadores de arrojarlos a la tormenta de afuera—.

(Que grosero. Además no sé porqué tanta estima con ese saco de pulgas, en algún momento le arrancará un dedo a alguien)

—Una palabra más sobre Grisha y te arrancaré toda la piel con esta cuchara. —Los afilados colmillos de Dritte se mostraron con clara hostilidad, hablaban mal de su mascota y de la comida preparada por el eslavo, eran unos mal agradecidos—.

—Warum.. spricht er die ganze Zeit Russisch?, Man nimmt an, dass er den Faschismus auf der ganzen Welt verbreiten wollte. —El de gafas finalmente se dirigió a su violento predecesor para intentar solucionar su duda, pues toda su vida creció oyendo sobre que los nazis solo querían la supremacía alemana para pisar al resto sin importarles nada, así que era sumamente extraño que la representación del mal únicamente estuviese hablando en el idioma de su más grande enemigo—.

(¿Por qué.. está hablando todo el tiempo en ruso?, se supone que quería esparcir el fascismo por el mundo)

Rebirthing [T.R × URSS]Where stories live. Discover now