Neunzehn.

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—¡Déjame ir a romperle los huesos, prometo no ensuciar la alfombra! —Siguió gritando para que lo soltara, pero en lugar de eso fue dejado con algo de brusquedad y antes de poder decir otra cosa sintió una presión contra su boca—.

El eslavo había estampado sus labios contra los del más bajo mientras lo sostenía de los hombros, duró apenas unos momentos antes de separarse y salir de la habitación, el de esvástica quedó congelado en el mismo lugar a pesar de oír nuevamente gritos del de gafas y el polaco del otro lado del pasillo.

—Zabierz ode mnie ręce, wygłodniały komunisto! —El de ojos cafés intentó empujar al aludido, pero el agarre de este parecía ser de piedra y ni siquiera podía retroceder tampoco—.

(¡Quítame las manos de encima, comunista muerto de hambre!)

—Que sea.. la última vez que te atreves a decir toda esa mierda, porque te arrancaré los dientes. —URSS se inclinó mientras vocalizaba con voz ronca y muy amenazante al igual que su mirada gélida que parecía tener intención de perforarle la frente al bicolor— Y el imbécil americano no podrá detenerme, bastardo hablador.

El alemán no dijo nada y observó enmudecido al igual que su compañero hasta que fue soltado con brusquedad suficiente para acabar en el suelo en un quejido, el de parche desapareció luego tras la puerta de la habitación silenciosa.

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El de esvástica se mantuvo callado con la manta cubriéndolo, acostado dando la espalda al otro mientras sus dedos tocaban sus labios recordando como fue besado por el soviético que no volvió a decir nada desde eso solo manteniéndose ocupado en su libro y con Grisha durmiendo en su regazo.

—¿Sowjet..? —Dritte llamó en un murmullo sin moverse de donde estaba, algo dudoso de si era buena idea tocar el tema pues no quería que acabasen discutiendo y se arruinara ese bonito nuevo recuerdo—.

—Qué sucede. —Segundos después el mencionado respondió con la vista aún en su lectura, ya sabía de qué se trataba, pero prefirió no desconcentrarse, debió pensar antes de dejarse llevar por lo que había estado oyendo tras la puerta—.

—..¿Puedes.. decirme..? —Sus ojos esmeralda pasearon por todo el muro de madera para distraerse y que no le temblara la voz, pero aún así no pudo terminar su frase debido al nerviosismo—.

—Ni yo sé porqué lo hice, solo.. —URSS respiró profundamente apretando un poco el libro entre sus manos, pues no podía permitirse flaquear, incluso si el de esvástica no había sido el culpable del bombardeo seguía siendo quien dirigió el ataque hacia Moscú y luego Stalingrado— Pasó y ya.

—..Aún así, gracias.. me gustó... —El más bajo se acurrucó más bajo las mantas y una pequeña sonrisa se dibujó durante un rato en su rostro ligeramente sonrojado como si fuese un adolescente común, aún después de tanto.. seguía enamorado—.

•    •    •

Su cabeza daba muchas vueltas y su pecho dolía como si le hubiesen dado el peor golpe de su vida, pero.. en realidad lo era, toda la casa estaba destrozada y parcialmente en llamas que ya estaban apagando el personal designado.

—Tut mir leid, meine herr, niemand hat damit gerechnet, dass dort eine Bombe fällt.. —Un agente de la SS se acercó al escarlata, con la mirada baja y el sombrero sobre el pecho como señal de respeto, era parte de la guardia de cambio antes de la tragedia así que sobrevivió por casualidad a diferencia de sus otros compañeros—.

(Lo sentimos. mi señor, nadie se esperaba que una bomba llegase a caer allí..)

—Sie.. sie ist... —El de esmeraldas sintió sus piernas débiles hasta que cayó de rodillas sobre el césped frente a su hogar destruido, sintiendo como si le arrancaran el corazón en ese justo instante en que caía en cuenta de la situación al salir de su pasmo inicial luego de que lo llamasen de emergencia— Wie konnte er?!, SOWJET ICH HASSE DICH!..

(Ella.. ella está... / ¡¿Cómo pudo?!, ¡SOWJET TE ODIO!..)

Su corazón lastimado se llenó de odio y furia, había estado tratando de contener los ataques de sus soldados hacia la unión pero esta traición tan grande significaba una guerra real, no descansaría hasta cortarle la cabeza al hombre que había amado hasta antes de eso. No tenía idea de cómo pudo enterarse de aquella pequeña alma ahora extinta con crueldad, pero había sido el peor ataque que hubiese podido recibir.. él nunca habría atacado a los niños eslavos.

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—Be.. Ber.. —El rubio se removió entre sueños con una expresión incómoda, además de algunas lágrimas bajando por sus mejillas mientras su respiración se agitaba—.

El euroasiático dejó su libro para acercarse al menor que parecía estar teniendo un pesadilla y murmuraba cosas inentendibles, así que se sentó en su lado de la cama para inclinarse a secarle las lágrimas mientras pensaba en qué podría estar creando su mente para tenerlo así, aunque antes de poder intentar despertarlo la mano ajena tomó la suya como si quisiera aferrarse a su presencia.

Dejándose caer despacio sobre su hombro izquierdo decidió acostarse también, notando como el cuerpo del contrario se acercaba despacio calmando ya su respiración y volviendo al estado de tranquilidad en el que estaba minutos atrás, entonces subió la diestra para acomodarle el cabello con cuidado logrando así apreciar su expresión tensa pero menos sufrida. Se mantuvo en silencio observando cada una de sus facciones, este no había cambiado ni un poco en todos esos años y la situación actual le traía algunos recuerdos previos a la segunda guerra de cuando dormían juntos y se mantenía acariciándolo parte de la noche.

—Descansa.. —Susurró en tono muy bajo, acomodando la manta para que lo cubriese mejor del impasible frío externo del territorio, permitiéndole dormir acurrucado contra su cuerpo esa noche—.

Entonces, dejándose llevar por sus viejos sentimientos recluidos en lo profundo, se inclinó hasta que sus respiraciones tranquilas se mezclaron, dejándole un pequeño y corto beso en la boca.

Rebirthing [T.R × URSS]Onde histórias criam vida. Descubra agora