Ein­und­vierzig.

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-Mi niña.. al fin he podido venir a visitarte como te prometí, tus tíos Imperio y Reino ya no están aquí pero he traído a tu padre.. -Dritte se arrodilló frente a la piedra con estrellas talladas que llevaba el nombre de su hija, dejando un hermoso arreglo de flores blancas mezcladas, sin duda era un lugar muy hermoso el que hizo para su descanso eterno-.

Todos estaban presentes en Baviera vistiendo ropa blanca para honrar la memoria de la azabache, llevando obsequios como adornos bonitos de cristal o figuras de animales talladas en madera siendo estas cosas que le gustaban a ella y las colocaron alrededor de la piedra para que le hicieran compañía.

-Papá Soviet ha venido a contarte un cuento para que descanses bien, mi pequeña Berlín.. -El carmesí respiraba profundamente para que la voz no le fallara, sentándose junto a su pareja mientras tendía en brazos a Krasnoyarsk que se entretenía con una figura de lobo que él mismo le talló-.

Los presentes escucharon en silencio con los ojos aguados, pasaron el resto de la tarde comiendo bocadillos mientras contaban anécdotas de sus vidas como simbolismo para que la niña pudiese conocerlos mejor, se quedaron hasta el anochecer en donde vieron encenderse los faroles que se habían estado recargando con luz solar.. el de esvástica había descubierto cosas mucho antes que los Aliados. A coro cantaron la misma canción de cuna que Reich solía cantarle y luego se despidieron deseándole dulces sueños hasta una próxima visita.

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-¡Papi, Grisha se ha comido mi galleta! -Chilló la rubia de cabello rizado corriendo hacia los brazos del de parche que la cargó inmediatamente dejando de lado lo que hacía para prestarle total atención-.

-Es un lobo muy glotón y comunista, pero papá te dará otra si le regalas un beso -URSS la miró tranquilamente y luego soltó una risa baja cuando sintió un besito sonoro en su mejilla izquierda, así que cumpliendo su palabra caminó a la cocina para abrir el frasco y entregarle otra galleta de bayas-.

-Te quiero, papi -La de ojos aguamarina le dio un abrazo de oso antes de que el mayor la devolviese con cuidado al suelo alfombrado, dándole un pequeño pedazo al lobo gris que la miraba sentado-.

Habían pasado ya seis años, se habían mudado a una hermosa casa de diseño tradicional germano en Baviera y cada dos semanas recibían la visita del resto de su familia para almorzar todo en el patio.

-Me preguntó de quién habrá aprendido Grisha -Habló Dritte de manera burlona asomándose por la puerta que daba al jardín, había estado plantando flores nuevas en su huerto así que estaba un poco manchado con tierra, pero no le molestaba-.

-No tengo la menor idea -El soviético fingió inocencia y se acercó a darle un beso que fue correspondido con una sonrisa por el otro, así que le dio otro más corto y unió sus frentes un momento- Te amo Reich..

-Yo también te amo, Sowjet -Dijo el más bajo apoyándose en su hombro, su vida se había vuelto perfectamente pacífica y estaba realmente feliz con ello, era casi todo lo que había deseado desde niño-.

-¡Llegamos! -Chilló Suiza justo detrás de la pareja, levantando los brazos para llamar más la atención de los presentes a diferencia del de gafas que cargaba las maletas tranquilamente pero igual con una sonrisa amena-.

-Tápate esa mordida antes de entrar a mi casa, viejo pervertido -El ex fascista le dio un manotazo en el hombro para que se acomodara la camisa pues era muy notorio que se habían estado comiendo antes de llegar los muy libidinosos que le dieron una sonrisa avergonzada-.

-¡Tío Sui, tío Ale! -La de piel bermellón y vestido blanco corrió con alegría hacia los mencionados que abrieron los brazos para recibirla con cariño, era una pequeña muy alegre y dulce que se robaba el corazón de todos-.

Dritte Reich y URSS intercambiaron miradas aún abrazados, finalmente su sueño se había vuelto realidad y podían vivir tranquilos con su amada hija y los eslavos con quienes obviamente también se había reconciliado en medio de lágrimas. La cicatriz en su pechos había disminuido hasta el punto de desaparecer y seguramente con ella la maldición de revivir, así que no existía nada que pudiese aquejarlos ya.

Fuera de la casa una paloma blanca se posó sobre la piedra de Berlín, dejando una flor de Centáurea entre los adornos antes de emprender el vuelo nuevamente hasta perderse en el despejado cielo azul de medio día.









Gracias a todos por leer una más de mis historias de Principio a Fin, espero verlos luego en alguna próxima obra Nazunist

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Gracias a todos por leer una más de mis historias de Principio a Fin, espero verlos luego en alguna próxima obra Nazunist.

Y un ENORME agradecimiento especial a Ashly_Yelena por haber guardado el Beta de esta historia, sin ella no se hubiesen podido recuperar varias de mis historias sobre Reich que fueron borradas por Wattpad sin razón.

Atentamente: Amaneth Vitelly.

Rebirthing [T.R × URSS]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant