Двадцать шесть.

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Removiéndose por la molesta luz diurna chocando contra su rostro el de ojo hielo despertó soltando un gruñido de fastidio sintiendo su cabeza doler un poco, hasta que cuando intentó sentarse notó una presencia ajena aferrándose a su torso así llevándose una amarga sorpresa cuando vio a Dritte durmiendo junto a él y sin rastro de ropa alguna.

—Mierda... ¡Sal de mi cama ya mismo! —Soltó en un grito mientras se frotaba el rostro con estrés y enojo consigo mismo por haberse dejado llevar de esa manera solo con algunas botellas simples de vodka—.

—¿Qué.. qué pasa? —El europeo se sentó del susto mirando hacia el mayor, también le dolía un poco la cabeza, pero recordaba la mayor parte de lo que sucedió anoche debido a su poca costumbre de beber cosas tan fuertes, por lo que estaba relativamente normal con su desnudez en ese momento—.

—Que te largues de mi maldita cama, Nazi, ¿No estás oyendo acaso? —URSS gruñó levantándose para tomar su ropa regada en el suelo, maldiciéndose también a sí mismo internamente, eso jamás debió haber pasado—.

—¿Por qué me hablas así?, qué te pasa Sowjet —Preguntó el de esmeraldas cubriéndose con la sábana, viendo como el otro recolectó toda la ropa que le prestaba y luego lo tomó con brusquedad del brazo para hacerlo caminar hasta el pasillo— ¡Oye, no me jales así!

—No te quiero ver la cara, quédate lejos de mi vista. —Frunciendo el ceño y dejándole en manos las prendas al menor se giró para cerrar de portazo, yéndose a sentar a su sofá sin dejar de apretar los puños conteniéndose de golpear una de las paredes o algún árbol de afuera—.

—..¡Eres un jodido imbécil de mierda! —Reich le dio una patada a la puerta sintiéndose enojado y usado, dejó su ropa en la sala bajo la mirada del lobito y se encerró en el baño a ducharse mientras lloraba indignado limpiando su cuerpo con una esponja enjabonada—.

Había sido tratado como una prostituta cualquiera y eso no se lo perdonaría jamás al de hoz y martillo, luego de limpiarse tuvo que bajar al frío sótano para tomar algunas mantas limpias del lado en donde se almacenaban y armó nuevamente su pequeña cama en una esquina tras el sofá de dos plazas aún con las lágrimas de rabia resbalando por sus mejillas pues no tenía a dónde más ir.

Aún así decidió salir a caminar un rato para bajar un poco el estrés que tenía encima, por lo que se abrigó lo mejor que pudo y salió con el canino dando un portazo sonoro, la blanca nieve seguía en todos lados con normalidad y por suerte con el cielo sin rastros de tormenta cercana. Caminaron buen tiempo hasta llegar al borde de un pequeño lago bastante congelado en el que curiosamente aún se podía ver a los peces nadando bajo la gruesa capa de hielo así que se sentaron en una de las grandes rocas a contemplar el silencio mientras comían las bayas recolectadas en el camino.

—Ich liebe dich so sehr Grisha.. du bist ein toller Begleiter.. —Suspiró el rubio acariciando el pelaje grisáceo del lobito que lamió su mano generándole una sonrisa ligera, sabía que este seguía siendo un animal silvestre carnívoro pero no podría dejar ir nunca porque era todo lo que tenía de bueno en la vida—.

(Te quiero mucho Grisha.. eres un gran compañero..)

•    •    •

Regresaron a la cabaña para cuando oscureció, cargando las cubetas con bayas y otros frutos que se encontraron en el camino, ignorando la presencia del soviético que almorzaba en la cocina con expresión nula.. Curiosamente el lobito parecía sentir el enojo de su cuidador principal por lo que lo siguió sin acercarse al otro y se acurrucó junto al escarlata para entrar en calor en lo que éste ordenaba sus pocas cosas en silencio.

Nuevamente habían vuelto a la ley del hielo y esta vez ya no había nada que lo obligara a dar el brazo a torcer, por lo que cuando ya se acostó mirando hacia la pared cerró los ojos comenzando a pensar qué podría hacer para salir de allí sin depender del de parche y no morir en el intento pues era peligroso dejar todo un día solo a su mascota debido a eso. Debía planear las cosas con cuidado y hacer las cosas bien, por suerte algo de lo que podía jactarse mucho era de su inteligencia así que no le tomaría demasiado tiempo llegar a una solución para no verle más la cara al idiota mayor.

Aunque en algún punto se sintió cansado y acabó por quedarse dormido sintiendo una molestia en el pecho, su subconsciente le mostró algunos recuerdos duros de su vida en forma de pesadillas por lo que su descanso fue muy poco a pesar de haber estado durmiendo varias horas hasta el anochecer. Había perdido la costumbre de dormir en el suelo durante ese corto tiempo de la visita de los foráneos por lo que fue también incómodo volver a lo mismo con la única calidez de la chimenea y el pequeño cuerpo del lobito acostado entre sus brazos.

Cuando menos lo notó los días comenzaron a pasar silenciosos como antes, con la única diferencia en que ahora estaba algo preocupado por la cicatriz en su pecho que parecía expandirse y se sentía más cansado cada mañana, pero no dejó de dar largos paseos para despejar su mente sentándose al borde del lago a observar los peces nadar durante horas mientras comía duraznos o manzanas rojas.

Rebirthing [T.R × URSS]Where stories live. Discover now