Cuando SeonWoo destruye "accidentalmente" un libro viejo, es transportado al mundo mágico de Cenicienta, bueno no exactamente "ese" mundo magico, pero si se parece bastante.
Dentro de este mundo encarna en Kim SuNoo, el hermanastro feo de la inocent...
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SuNoo no tuvo tiempo de preguntar si es que WonYoung podía ir y presentarse como candidata para matrimonio, pues justo cuando termino de comer, la señora ordenó que siguiera a JungWon.
¿Para qué se preguntaran? Pues, para las clases de etiqueta y comportamiento social. Aprender a comportarse en palabras simples.
Resulta que presentarse ante el Rey es trabajo de meses. Y ahora debían practicar caminar para su Alteza.
SuNoo solo se limito en seguir en silencio a JungWon, ambos llegaron a un salón con el techo alto, muebles de madera pulida, cortinas azules muy largas y sillas complejamente hechas. Una locura. SuNoo quedó desconcertado con la elegancia que desprendía aquel salón, que ni si quiera noto al hombre que había sentado en medio del sillón.
─ Profesor. ─JungWon hablo hacia el hombre e hizo una muy corta inclinación, poniendo su brazo brazo izquierdo por delante mientras lo hacia.
"Parece un príncipe." Esto solo hacia ver a SuNoo, lo hermoso que era su mejor amigo.
Cuando el profesor imito la inclinacio de JungWon, vio a SuNoo, este simplemente imito la acción de su hermano, pero no dijo nada.
─ Su madre se ha expresado muy bien con respecto a su educación, debido a que el joven SuNoo es quien más necesita ayuda, hoy nos enfocaremos en el.
"¿Por qué a mí?"
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La presentación ante la mayor autoridad de este lugar era simple: caminar hasta el trono, hacer una inclinación, levantarse, dar dos pasos hacia atrás y esperar a que dice su Majestad.
Ahora si a eso le sumamos a SuNoo, quien tiene dos pies izquierdos, no tenía buena pinta. Y el maestro lo sabía.
─ Joven SuNoo. ─hubo un suspiro de cansancio─ No puede temblar en el momento de inclinarse, su Majestad creerá que le teme.
SuNoo solo se mordía la lengua, no quería quejarse de no tener equilibrio, solo se limitaba a repetir y repetir la misma caminata. Y eso solo desesperaba al maestro.
─ ¡Basta! Creo que necesitamos un descanso. ─el maestro arreglo su chaleco e hizo una reverencia, parecía querer salir a tomar un poco el aire.
SuNoo solo se quedó mirando el suelo, se sentía inútil, no era capaz de caminar. Algo tan simple, pero complicado a la vez.
