Capitulo 2: The first day of your life

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El primer día de clases del nuevo semestre: era raro decirlo así. Se sentía como ir a kínder por primera vez; que tú madre te despertara con un beso mientras acariciaba tu frente, peina tu cabello y luego te esperaba en la puerta para que tomes tu merienda hasta llevarte con el resto de los niños.

Incluso muchos padres llevan a sus hijos al primer día de universidad, pero ese no era el caso de Wanda. Siempre ha estado sola, incluso desde los dieciseis y viviendo en casa con su familia sólo veía por ella. Y no culpa de su padre, él hace lo mejor que puede con cuatro hijos, y está envejeciendo cada vez más. Wanda lo sabe, pero siente la soledad cada vez más y más cerca.

Una vez, en la rehabilitación, un chico estaba contando su historia, y como una persona trató de venderle cigarrillos siendo menor de edad a escondidas, como si fuese droga. Sin embargo, el chico ya consumía cocaína. Y mientras contaba la historia finalmente miró a Wanda, y le dijo: “¿Crees que en la calle pueden herirte? Nadie puede herirte más que las personas que te importan, la verdadera mierda la encuentras en la casa. La gente, no puede romper lo que ya está agrietado, sólo terminan de destrozarlo. Así que las cosas no pueden ponerse peor. ¿Cierto? No dejes que te hagan trizas.”

Era increíblemente extraño, ella no lo entendió de inmediato, y probablemente no lo entendía por completo ahora. Pero al menos le dio su propia interpretacion. Ella creía que la única razón por la que las personas logran herirte es porque crees lo que dicen, porque en el fondo siempre lo pensaste de ti mismo.

Entonces, junta tu mierda y no pienses en ello.

Mal consejo para alguien con ansiedad ¿Cierto? Exceso de futuro, eso es basura. Hay que vivir el presente, incluso ella lo sabía, sin embargo. Wanda tiene ataques de ansiedad constantes, desde la perdida de su madre, los cuales habían parado cuando comenzó a consumir oxitocina. Pero al momento de decir basta y detener su adicción, la ansiedad volvió y todo fué peor y peor.

¿Pero por qué hablamos de esto?, Volviendo atrás. Es el primer día de clases de Wanda una vez más. No estudiaba desde hace mucho y graduarse del secundario fué una tortura, terminar rehabilitación e ir de inmediato a la escuela de verano; estudios constantes, ansiedad por las pruebas para finalmente obtener notas decentes que la ayuden a entrar en la universidad. Algo que su padre siempre deseó para ella y ella lo soñó también por un tiempo, hasta que la idea de ir a la universidad se hizo lejana y dejó de intentar ingresar a alguna.

Pero gracias a Kate lo había logrado, era una universidad pública, no habían muchos gastos excepto si salias mal en una evaluación, ya que debías pagar la reparación.

— ¡Veamos cómo se prepara la estudiante universitaria! —.Kate entró radiante de felicidad a la habitación de Wanda mientras se vestía. Se sobresaltó ya que ni siquiera se había puesto la camisa. — Está bien, esos son buenos senos.

Wanda rodó los ojos y le lanzó una almohada para que saliera.

— ¿No te enseñaron a tocar?

Kate salió riendo

— Es mi casa. Y debes apresurarte o llegaremos tarde.

Wanda terminó de vestirte. Siempre había tenido buen estilo, y elegir un outfit que combinara le salía con toda naturalidad. Siempre había sido una persona atractiva, pero ser coqueta era un instinto. Tenía unos jeans negros, chaqueta de cuero beige, camisa negra acompañada de unas botas bajas y su cabello rubio suelto.

Por otro lado estaba Kate, a quién no le importaba ir arreglada a la universidad pero tampoco se vestía mal.

Kate tomó sus llaves, y Wanda buscó su bolso con todos sus cuadernos mientras tomaba el vaso de café que su amiga le estaba dando para salir de la casa.

Perfectamente Roto. | Wandanat. ©Where stories live. Discover now