Wanda salió de la oficina luego de dos horas de firmas, acuerdos, contratos de confidencialidad, horarios de práctica, normas y un montón de cosas que le hicieron doler la cabeza en cuanto las mencionaron. Y, Natalia lo había notado. Era evidente que veía que estaba apunto de retroceder y decir que no.
Pero eso era algo que tenía que hacer. Lo necesitaba, está en ella. Kendra era la razón por la que su vida se destruyó, y le prometió no olvidarlo, le prometio que volvería por ella. Y no sólo era eso, también prometio que volvería por Lorna y Peter, y esa era su oportunidad. Sin importar lo que ocurra, sin importar que le pase.
Al atravesar la sala de espera, una voz la detuvo.
— ¿Wanda? — escuchó la voz de un adolescente detrás de ella.
Natalia y Wanda se giraron al compás. Y ahí estaba Peter Parker. El mejor amigo de su hermana. La razón por la que usó todos sus ahorros hace tanto tiempo en comprarle una laptop a Lorna. Para poder comunicarse con sus mejores amigos.
Los recuerdos de cuando Lorna llegaba feliz a su habitación por las noches para enseñarle algo increíble que Peter había hecho llenaron su mente al verlo allí. Algo bajo, pero todo un chico grande. Haciéndola sonreír por instinto
— Hola enano. — bromeó melancólica.
Él la abrazó con familiaridad y ella le correspondió el abrazo. De alguna manera pudiendo sentir su pena por su abrazo. Quizá por la forma en que se aferraba a ella y la mirada de cachorro arrepentido que le daban la sensación de que sentía culpa.
— Lo siento. — susurró en su oído. — Ellos no me dejan ayudar, no puedo hacer nada. No quería involucrarte, lo siento.
Wanda se alejó un poco y lo miró a sus ojos verdes que desbordaban la culpabilidad.
— No fué tu culpa. — le aseguré. — Gracias por darme esta oportunidad. Pero saca a Lorna de en medio.
— ¡Lo intenté! Ella y Michelle son muy impulsivas.
— Lorna es igual a mí.
Él sonrió.
— Lo es. Oh, y Michelle está en la otra sala, está recibiendo sermones de un policía. No es nada grave, es sólo una espera hasta que papá esté listo para hablar con ella y su mamá.
— Lamento por meterte en esto. No tenías porqué.
Sacudió su cabeza, negando.
— Si tenía porqué, Lorna es mi mejor amiga, también lo es MJ. Son todo para mi, y por un amigo hay que hacer lo que sea.
Wanda sonrío, feliz de saber que Lorna tenía a su alrededor tan buenos amigos.
— Gracias por cuidar a mi hermana.
Él asiente.
Natalia y Wanda se encontraban en un café, leyendo el itinerario.
— Tenemos psicólogo mañana. — Natalia hizo una mueca mientras lo leía.
— Cuando descubran que soy una drogadicta me despedirán — Wanda metió una papa frita a su boca.
Natalia la miró mal.
— No te van a despedir, firmaste un contrato.
— Un contrato que ellos hicieron y pueden romper cuando quieran.
Natalia rió.
— No sabes nada de contratos.
Se encogió de hombros.
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Perfectamente Roto. | Wandanat. ©
Random"Ella no buscaba la redención era sólo una adolescente con problemas de adicción. ¿Hasta dónde puede gobernar la ira de una mujer en busca de venganza?" Wanda Lehnsherr tenía trece años cuando murió su madre y se mudó de New York con su padre y sus...