Capítulo 38. El lado de todo.

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La mirada marrón miel de Dion escrutó la cara de Tanner, no estaba completamente seguro de que hubiese hecho lo correcto al preguntarlo, pero necesitaba estar claro en la realidad. Él nunca había sido cortejado oficialmente, sus relaciones del pasado fueron matrimonios concertados, en los que primaba el origen de la familia, el estatus y la salud.

Había visto los cortejos en series, películas y hasta en algunos libros, pero como su gusto eran las que contenían una temática de acción, no estaban centralmente descritas en el amor, había escenas, sí y también había visto parejas enamoradas, pero nunca experimentó nada semejante.

Su carencia de conocimiento lo hizo preguntarlo, porque él pensaba que Tanner si quería cortejarlo, pero hubiese sido abruptamente penoso actuar en consecuencia de eso que él creía, teniendo el peligro de que no resultase ser cierto, y él acabase en un completo estado de ridiculez.

Había sido de por sí malo para soportar chistes o burlas, nunca estuvo expuesto a ese tipo de vida, vagamente, tenía a Richard, quien decía cosas descuidadas con su roñosa lengua. Equivocarse al leer las intenciones de Tanner, de verdad, lo asustaba tanto como para querer evitar a todo costo el camino difícil.

—He pensado que sería mejor si hablábamos con más calma después de la cena.

—Me gustaría, pero no creo que me pasen los alimentos, estoy algo nervioso —declaró, apretando sus labios—, alzaste tus feromonas cuando las personas se me quedaron viendo hace poco, y también te enfadaste con Giorgio, no sé qué está pasando, necesito saberlo para saber cómo actuar.

—¿Te molesta que me comporte de ese modo? —indagó Tanner, controlando sus emociones, también se le estaban retorciendo las tripas.

Dios en lo más alto, sabía que él había sido bien bueno fracasando en el amor.

—No, por eso estoy preguntando —dijo Dion, no queriendo decir más.

Tanner dio una calada profunda, se mentalizó: Él era el Alfa, era el mayor de su precaria relación, era el más estudiado y era quien creía haberse dado cuenta de sus emociones primero. Sostuvo la cerveza entre sus dedos, no se dio cuenta en qué momento las pusieron a la mesa, sin embargo, pasar unos tragos lo ayudó a enfriarse, eso era lo que necesitaba.

El trasero de la botella se reposó en la mesa, mientras las gotas frías se escurrieron hacia el mantel blanco.

—Tienes razón, te lo diré ahora, porque no quiero decirlo más adelante y entonces, te esté haciendo las cosas difíciles, porque si entonces decides irte, sería yo quien me quedase aquí, con todo esto en mis manos y sería muy difícil.

Dion lo observó con los ojos un poco abiertos, lo había dicho tan rápido, que apenas se encontró capaz de comprender lo que le estaba diciendo. Entendió en ese instante, Tanner estaba igual de nervioso que él por la situación que estaban viviendo en ese momento.

—Espera, respira —pidió Dion, un poco encogido por todo lo que acababa de escuchar.

—No puedo —se rio Tanner, mirando hacia el suelo por un momento, viéndose absurdamente sensual—, siento que me atraes como más que un amigo y si no lo digo, puede que sea demasiado tarde y si te cortejo sin que lo sepas, puede que me malentiendas, no lo sé, estoy soltando cosas al azar, pero es que estoy confundido y cansado de todo, porque mis intentos amorosos han sido una mierda y no tengo muchas tácticas para ligar.

Dion sintió como se le resecaban los labios.

—Cada vez que he estado interesado en alguien, esa persona consigue a otra, fue así desde el principio, mi maestra de kínder era una omega, me encantaba, pero cuando me di cuenta estaba casada y pronto embarazada, fue un duro golpe, me sentía muy triste y después en la adolescencia hubo alguna ruptura tonta, pero si miro atrás me doy cuenta que, por muy bueno que haya sido, no he tenido la oportunidad de tener una relación de verdad, por una y varias razones.

Efecto OmegaWhere stories live. Discover now