28 - Preguntas directas

193 41 62
                                    

-¡Hola! -Jin contestó al cuarto timbrazo y, de hecho, tuvo que sacarse a su vestuarista de encima para poder agarrar el teléfono de la mesa-. ¡Hola! Lo siento -susurró una disculpa a la chica porque la había pisado.

-Hola, lamento molestarte, pero tu mensaje decía que te llamara al salir de la oficina -dijo Nam, entrando a su auto-. ¿Pasó algo?

-No, no... solo... ¿quieres que hagamos algo hoy?

Lunes, casi cinco de la tarde, Seokjin estaba cansado porque su día inició muy temprano y parecía que no tendría fin, lo único que quería era llegar a casa, ponerse ropa cómoda, lavarse la cara y tumbarse en el sofá a ver películas con Namjoon o tal vez jugar algún videojuego. Esa mañana el diseñador ya le había dado la terrible noticia de que, definitivamente no podría acompañarlo a San Francisco para la gran final de Vormund. Sí, si Seokjin debía ser honesto, eso había arruinado su día en parte.

El día anterior, el domingo, no fue diferente a lo que llevaban viviendo hace unas semanas, se vieron en el departamento del actor para almorzar juntos, esa propuesta sí vino por parte de Namjoon porque, aunque Seokjin no lo sabía, ni iba a saberlo, la culpa por no poder acompañarlo a San Francisco lo estaba carcomiendo, así que quería compensarlo de alguna manera.

Optaron por carne y vegetales... pero la mejor parte de esa comida, no fue comerla, sino hacerla. Namjoon jamás pensó que llegaría un domingo, uno cualquiera, en el que estaría en la cocina de Seokjin, cortando cebollas y riéndose de sus pésimos chistes que al final, terminaban siendo graciosos solo porque Seokjin los relataba de forma graciosa.

Seokjin se sentía cálido. Había vuelto al trabajo un par de días atrás y aunque disfrutaba de lo que hacía, se sentía bien poder recargar energías con alguien como Namjoon, alguien que no lo trataba de forma especial solo por ser Kim Seokjin, alguien que lo miraba mientras él le hablaba, alguien que se mostraba verdaderamente interesado en lo que tenía para contar.

Y eso le gustaba.

Y le gustaba más estar a solas con Namjoon.

Jihyo fue a visitar a sus padres y a su abuela, podía hacerlo cuando ella tuviera ganas, porque Seokjin no le ponía restricciones de ninguna clase, así que ella podía hacer con su tiempo lo que quisiera, pero Jihyo disfrutaba estar cerca de Seokjin, así que no se daba esas escapadas tan seguidas. Cuando aceptó el trabajo como chef personal de Seokjin, apenas había cumplido veinte años. A su corta erad, se la podría considerar una experta y mucho tenía que ver con que era la nieta de una reconocida chef que se retiró años atrás.

"No soy chef profesional con un título, pero déjeme cocinar algo para usted y le aseguro que le gustará".

-¿Y Jihyo? -Preguntó Namjoon cuando terminaron de lavar los cubiertos que utilizaron, porque por supuesto que se había ofrecido a ayudarlo con eso, incluso cuando Seokjin le dijo que había alguien que lo haría-. Siempre la veo por aquí.

-Fue a ver a sus padres y a su abuela -contó el actor-. Seguro volverá en un par de horas.

-¿Estás solo aquí?

-Estás tú -sonrió-. Hay una persona que viene diariamente a limpiar, y los guardias y guardaespaldas tienen habitaciones aquí y turnos rotativos y Jihyo -continuó-, ella es la que está más tiempo conmigo.

-Supongo que es lo que tiene vivir con tu novia -sonrió, secándose las manos con un trapo que encontró-. Debe ser muy divertido.

Seokjin lo miró, no parecía un comentario con doble sentido, Namjoon le estaba sonriendo como siempre lo había hecho desde que se conocen. En ese momento Seokjin se dio cuenta de algo que había ignorado por conveniencia, todo este tiempo; Namjoon, genuinamente pensaba que él estaba en una relación seria con Jihyo, una verdadera relación estable, con futuro.

Checklist || NAMJINWhere stories live. Discover now