72 - Lo que solía ser, ya no es

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Yoongi estaba tirado en la alfombra, conversando y riendo con las niñas de la familia, lo estaban peinando con colitas y una de ellas, Nabi de seis años, le estaba pintando las uñas de las manos o al menos lo intentaba, con un esmalte en color azul marino que su madre le dio pensando que lo usaría en ella y sus primas, ya que no era la primera vez que lo hacía.

—Mira qué lindas —dijo, enseñándoselas a Hoseok, que acababa de llegar a la sala—. Creo que combinan con mis ojos, ¿qué opinas?

Hoseok sonrió, inclinándose hasta llegar a su frente y dejar un beso pequeño. Le fascinaba lo bien que Yoongi se llevaba con todos en su familia; durante la cena, charló con los hermanos y hermanas de su cuñado, y luego también bebió whisky con su padre y el padre de su cuñado como si los conociera desde hace tiempo. Ni siquiera Hoseok convivía tan cómodamente con la familia de Joongki, así que no pudo evitar preguntarse si Yoongi se sentía del todo bien con esto.

Sunoo entró corriendo a la sala, acababa de bañarse, lo que significaba que la hora de dormir estaba cerca. Las madres y padres de las niñas que estaban con Yoongi les dieron la terrible noticia; debían prepararse para ir a la cama.

—Tío Yoonie, ¿dónde dormirás? —Preguntó Nabi, poniéndose de pie.

—Yo... —Yoongi miró a Hoseok, en realidad no habían hablado del tema, porque si bien, la casa de los padres de Hoseok era enorme y había suficientes habitaciones el actor no se lo había anticipado.

—Dormirá conmigo —dijo entonces Hoseok sonriéndole a la niña—. Compartiremos habitación.

—¿Y se van a besar? —Preguntó Sunoo, mirando a su tío.

—Sunoo, no te metas en asuntos de mayores —dijo su madre, cargando a Yujin en brazos—. Es hora de lavarse los dientes y dormir, vamos.

Sunoo asintió ante las ordenes de su madre, sin embargo, volvió a mirar a su tío, esperando una respuesta.

—Sí, lo voy a besar —dijo Hoseok, inclinándose hacia su sobrino y despeinando su cabello con la mano—. Ve a dormir.

—¡Iug, qué asco! —Exclamó torciendo el gesto.

Y esa fue su despedida, porque salió corriendo de la sala sin decir algo más. Jiwoo y la hermana menor de Joongki se quedaron allí para organizar el lugar y dejarlo todo limpio, Hoseok y Yoongi ayudaron llevando los platos y vasos sucios que usaron durante un snack y en cuestión de minutos, todo estuvo en su lugar. Las mujeres se despidieron de la pareja y ellos regresaron al sofá.

Yoongi apoyó la cabeza contra el hombro de Hoseok y suspiró exhausto. Era el primer momento de silencio que tenía en todo el día y quería disfrutarlo y como Hoseok ya parecía conocerlo lo suficiente, no habló, solo se quedó allí a su lado, también con los ojos cerrados y la cabeza apoyada contra la suya, disfrutando de su compañía. Unos minutos después, Hoseok tomó de la mesita de apoyo un trozo de algodón y quitaesmalte para empezar a limpiar los dedos de Yoongi.

—Hmmm, arruinas mi imagen —respondió, abriendo los ojos para encontrarse con el actor sujetando su mano—. Iba a lucirlo en la fiesta de mañana.

—No puedo creer que dejaste que te pintara las uñas —se rio, empezando con el dedo meñique de la mano izquierda.

—¿Y qué me dices del peinado? —Preguntó apuntando su cabeza—. Aunque creo que no quedaron parejas.

—Definitivamente no —respondió Hoseok—. Tomémonos una foto, quiero inmortalizar este momento...

Si sus mejores amigos lo vieran, se espantarían. Pensarían que está secuestrado o que lo están extorsionando para hacer cosas que él jamás haría. Sin embargo, ese pensamiento no podía estar más lejos de la realidad, porque a pesar de que Yoongi estaba agotado y usó reservas psicológicas que no tiene para sobrellevar el primer día, estaba contento. No tenía la menor idea de cómo irían los dos días siguientes, pero tampoco le preocupaba en demasía porque Hoseok estaría allí con él y eso era más que suficiente para hacerlo sentir mejor y recargado de energía.

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